Huesca tuvo un día (casi) inolvidable
El 9 de diciembre ya ha quedado marcado en la historia del Huesca gracias a la visita del Real Madrid. Hace 55 años que el equipo blanco no visitaba la capital altoaragonesa y era la primera vez que visitaban en un partido oficial
El Alcoraz. Lo que parecía ciencia ficción para la afición local hace apenas una década, cuando luchaban por no descender a Tercera, se hizo realidad con la visita del actual campeón de Europa. Los jugadores que antes sólo podían ver por la televisión se hicieron mortales y la población altoaragonesa no perdió detalle de los galácticos llegados desde la capital de
España. Los siguieron en el aeropuerto, hotel de concentración y en el campo.
Si la presencia de Modric, Sergio Ramos y Bale era una realidad, los hinchas locales tenían otro deseo que pasaba por ver cómo su Huesca era capaz de plantar cara a uno de los mejores equipos del mundo. La ilusión de un debutante que vive en la cola de la clasificación se centraba en ver de igual a igual al todopoderoso equipo merengue y los de Francisco lo hicieron real. Quitando el mazazo que supuso el gol de Bale, el resto del tiempo El Alcoraz se creyó que los suyos serían capaces de sacar un resultado positivo y sólo la falta de puntería de Cucho, Melero o Chimy impidieron que un día inolvidable se convirtiera para alguno en el mejor día futbolístico de su vida. O
driozola cabalgó al mismo tiempo en El Alcoraz y en el Hipódromo de La Cépière, en Toulouse (Francia). A las 16:23 horas le había dado una gran asistencia a Bale y 33 minutos después su caballo Guitar se proclamaba campeón del Prix D’Agen-Prix De La Depeche Du Midi en 2.200 metros y para caballos de cuatro años. El lateral blanco, mientras jugaba en Huesca, tenía a uno de sus purasangre ganando un trofeo y un cheque de 6.000 euros...
En el sufrido 0-1 de ayer Odriozola pudo rehacerse del anterior partido ante un rival vestido de azulgrana, el de
Ipurua, en el que protagonizó un grave error en el 2-0, del que además salió lesionado. El 6-1 al Melilla fue su puesta a punto y El Alcoraz su despliegue de frescura. Tanta, que Lucas Vázquez le estorbó en varias de sus subidas por la banda. No sólo pillaba casi por sorpresa a su propio compañero, fue el futbolista del Madrid que más faltas recibió del rival, tres.
Del norte. El donostiarra fue uno de los que menos sufrió los rigores del viento, acostumbrado como está desde crío al fútbol norteño. Se curtió tres años con la Real Sociedad B por los complicados campos de Segunda B (Irún, Sestao, Getxo, Leioa...). “El Huesca también sufrió el viento, no es excusa”, decía Odriozola tras el encuentro. El vasco estuvo entre los pocos brotes verdes del Madrid en su primera visita oficial a la capital oscense. Otra, además de la confirmación de Marcos Llorente, fue que Carvajal salió indemne de conversión ‘a zurdo’. Una solución que tuvo que ingeniarse Solari (la experimentó sin riesgos ante el Melilla) por la peculiar ausencia de Marcelo. Ya integrado en el trabajo con el grupo desde el lunes, no viajó a Huesca y mientras sus compañeros preparaban la maleta el brasileño celebró el cumpleaños de su mujer Clarice...
Quien sí estuvo en El Alcoraz, compartiendo zaga con Odriozola, fue Ramos. Otro con pasión por el mundo equino, en su caso con la yeguada SR4. La cuadra del donostiarra se llama Bernardo, como su abuelo. “Es un mundo, el del caballo, muy humilde”, contaba en verano, antes del Mundial: “El entrenador de mis caballos llega a las 8 de la mañana y se va a las 9 de la noche. Te das cuenta de que para subsistir en esta vida tienes que trabajar y trabajar”. Odriozola, además de con Guitar, disfruta con Royaume. Su potro también corrió en Toulouse... pero quedó segundo.