Diego Vallejo y un Dakar “entre bien y perfecto”
Entre milanesas y limonadas acabó el día de descanso del Dakar con su merecida cena fuera del vivac, frente a la majestuosa Catedral de Arequipa, en compañía de los amigos del desierto. Lo que viene será duro. Explica gráficamente
Diego Vallejo, copiloto del
SsangYong, a qué se tuvieron que enfrentar e domingo: despertar a las 3:00 para hacer un enlace Madrid-A Coruña por carretera nacional, una especial Coruña-León por caminos y un enlace final León-Burgos.
Tiene buena relación con
Perú, en su día cantó las notas y fue navegante de Ramón Ferreyros, el Sainz de este país. Con 45 años, el gallego de Meira afronta su cuarto Dakar, hasta ahora ha terminado todos con
López Rivas, Rubén Gracia y Óscar Fuertes. En la etapa maratón se rompió la luna delantera del coche por una piedra que salió despedida de un camión. A la vuelta, por la presión del aire se arrancaron las dos puertas y llegó al campamento cubierto de fesh-fesh. Se bajó del coche y le preguntaron:
“¿Qué tal el día?”. “Entre bien y perfecto”, respondió sonriendo. En un gemelo tiene tatuado el touareg.