AS (Baleares)

Dembélé mola

Reinó junto a Messi esperando a lo que pase con el recurso del Levante ● Aitor evitó la goleada

- SANTI GIMÉNEZ REPORTAJE GRÁFICO RODOLFO MOLINA, GORKA LEIZA Y FERRAN ZUERAS

Mientras en los despachos se revisan reglamento­s, circulares, códigos, jurisprude­ncias, antecedent­es, expediente­s, recursos, actas, resolucion­es administra­tivas y legajos varios para que los abogados jueguen un nuevo partido, en el campo siguen mandando jugadores como Dembélé y Messi. A expensas de los recursos respecto a la alineación de Chumi en la ida, en el campo el Barça se clasificó para cuartos (supuestame­nte) al ritmo de las carreras del francés y de los pases del argentino. Sin prisa, pero sin pausa, el Barça liquidó al Levante por 3-0 en un encuentro que valió la pena por las carreras de Ousmane, un tipo que probableme­nte no tiene ni idea de qué es el TAD, la RFEF, una simultanei­dad de fichas o un recurso. Corre y juega. Dembélé ya le mola al Camp Nou.

Salió el Barcelona a jugar con una suficienci­a que no evocaba para nada una noche de remontada. Los primeros minutos del equipo blaugrana no fueron los que se esperan de un conjunto que tiene un resultado para levantar, ni que sea un 2-1. Con una alineación en la que Messi era el falso nueve con Coutinho y Dembélé abiertos a banda, los culés comparecie­ron sin querer agredir de salida. Esperando su ocasión ante un Levante tan digno como hace una semana. No pasó nada durante un cuarto de hora, que, oh sorpresa, fueron los quince minutos que necesitó Leo Messi para entrar en el partido. A la que el argentino decidió intervenir, el Levante empezó a sufrir.

Y para prueba, que le pregunten a Aitor, el portero granota que en la primera parte tuvo que intervenir ocho veces para evitar el gol blaugrana. Messi fue el que más le puso a prueba, pero la versión letal del argentino se desató desde la zona de creación asistiendo a Dembélé, un cachorro desbocado que disfruta corriendo a buscar las pelotas que le lanza su maestro. Tanto da que llegue o no, siempre tiene una carrera más que ofrecer.

Ante la opción del toreo de salón que ofrecía Coutinho en la izquierda y el vértigo de Dembélé en la derecha, Messi optó por lanzar el hueso al francés una y otra vez. Dembélé, que batió dos veces en dos minutos al rival siempre con la colaboraci­ón de los rivales (Cabaco, primero y Aitor, después), ya tiene ese aura de jugador peligroso que entusiasma a la grada.

Los destellos del francés dejaron a los culés con la eliminator­ia superada a la media parte, pero Aitor con una serie de acciones milagrosas se encargó de mantener la esperanza de los granota, que estaban a un gol de meterle el miedo en el cuerpo a los de Valverde.

Pero nada más empezar el segundo tiempo los dos protagonis­tas del partido decidieron cambiar papeles. Si hasta entonces Messi asistía y Ousmane remataba, llegó un pase magistral al espacio del francés a Semedo, que asistió a Messi para que batiera a Aitor.

Con el 3-0 y la eliminator­ia ya encarada a falta de la confirmaci­ón administra­tiva, Valverde realizó un movimiento extraño retirando a Coutinho para dar a entrada a Luis Suárez. Para entonces el Levante ya tenía muy claro que la eliminator­ia podía ganarse sólo en los despachos por el caso Chumi. En el campo, el Barça pasó con Messi silbando, Dembélé disfrutand­o y el Levante sin defender lo que le costó tanto ganar en la ida.

 ??  ?? LA SENTENCIA. El tercer gol del Barcelona, marcado por Leo Messi, acabó con las esperanzas del Levante. El pelotazo a la red de Róber Pier refleja la impotencia de los visitantes.
LA SENTENCIA. El tercer gol del Barcelona, marcado por Leo Messi, acabó con las esperanzas del Levante. El pelotazo a la red de Róber Pier refleja la impotencia de los visitantes.
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