Un gruyère con pólvora
El empate en Roma confirmó la trayectoria del Madrid en la pretemporada. El equipo blanco, que en la anterior campaña se desplomó en el capítulo defensivo, no ha mostrado ninguna señal optimista en este apartado. Zidane repitió dibujo con tres centrales
El
Madrid salió de Roma
como llegó, entre incertidumbres que pocos sospechaban al comienzo de la pretemporada. El empate confirmó la trayectoria del equipo, que cierra los amistosos veraniegos con dos victorias ( Fenerbahçe y Red Bull Salzburgo), dos empates ( Arsenal y Roma)
y tres derrotas ( Bayern, Atlético de Madrid y Tottenham).
Aclara más la trayectoria otro dato: los goles marcados y los recibidos, 14 a favor y 18 en contra. Son cifras preocupantes para un equipo que en la anterior temporada se desplomó en el capítulo defensivo. El Madrid no ha mostrado ninguna señal optimista en este apartado.
Zidane repitió el dibujo ( tres centrales y dos carrileros) que utilizó contra el Red Bull Salzburgo, el único encuentro que el Madrid sorteó sin goles en su portería. Menos que la eficacia defensiva prevaleció el poco talento del equipo austriaco, destinado por sus propietarios a un papel secundario con respecto al
Red Bull Leipzig. El sistema denotó la preocupación de Zidane por la fragilidad de su equipo. Por lo que parece no se trata de un problema de sistema. En Roma, el fracaso fue total en el primer tiempo.
El módulo de Zidane, un técnico que rara vez ha variado su aprecio por la línea de cuatro defensas, no funcionó. Las llegadas del Roma al área madridista fueron constantes, sin ninguna oposición en el medio campo. Sufrió un calvario Militao a la espalda de Carvajal, que nunca logró ubicarse en el campo. Se le quedó demasiado corto para atacar y demasiado largo para defender. A Marcelo le ocurrió la mitad del problema. Junto a
Benzema fue el mejor atacante, pero el joven Zaniolo – un año después de su debut frente al Real Madrid se ha convertido en un proyecto de gran jugador– le destrozó en cada
Debilidad
El Madrid flaquea para
gobernar los partidos y detener a sus rivales