Sukur, de estrella a conductor de Uber
■ Hakan Sukur pasó a la historia del fútbol por ser el jugador que logró el gol más rápido de la historia de los Mundiales. Lo hizo con la selección de Turquía en Corea y Japón 2002 en el partido por el tercer puesto ante los surcoreanos. Sin embargo, a sus 48 años, su vida ha dado un giro radical. Tras unirse al partido del actual presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el AKP, Sukur acabó saliendo del mismo por los escándalos de corrupción que azotaban a la organización y, una vez rotas las relaciones con Erdogan, el gobierno turco comenzó una persecución contra el exjugador.
Según relata el propio Sukur en el diario alemán Welt am Sonntag, la administración de Erdogan congeló los activos del ex del Galatasaray e Inter y éste tuvo que huir a Estados Unidos en 2015 mientras dejaba atrás a su padre, al que encarcelaron y al que más tarde dejaron salir por padecer cáncer (enfermedad que también padeció su madre en aquella época y a la que ninguno de los dos pudo vencer).
Tras su huida, Sukur no pudo alquilar sus propiedades por temor a que el partido del Gobierno tomase represalias contra los inquilinos y abrió una cafetería en Estados Unidos que tuvo que cerrar poco después de que encarcelasen a un fan que se había hecho una foto con él. “Cuando el chico regresó a Turquía, descubrieron la foto en su teléfono móvil y lo encerraron en la cárcel durante 14 meses y a mí me empezaron a llegar amenazas al local”, comenta Sukur.
Fue acusado de participar en el golpe de Estado a Turquía en el 2016, de lo que se desentiende por completo, y en la actualidad, el que fuera la gran estrella del fútbol turco a comienzos de siglo conduce un Uber en Washington y vende libros para ganarse la vida.