Las estrellas que no se apagan
En dos etapas que llevamos de Tour de Francia, dos grandes estrellas han aparecido. En la primera, Julian Alaphilippe. Ayer, un Mathieu van der Poel que ya nos ha acostumbrado a que no sólo gana, sino que le gusta demostrar su fortaleza con este tipo de exhibiciones. Es lo que tiene poner picante en los primeros días, algo en lo que La Vuelta marcó estilo. En las dos llegadas, dos arrancadas de enorme fuerza y mucha clase para conseguir la victoria, que tienen cierta similitud con las que nos ha regalado tantas veces otro de los grandes ciclistas de los últimos tiempos que también está presente en este Tour, Alejandro Valverde.
El murciano asegura que quiere seguir en 2022. Es algo que se podía esperar, pero por ello no deja de ser una gran noticia. De Valverde ya no es lo que podamos esperar de él, sino hay que tomarse su continuidad como una posibilidad de seguir disfrutando de un ciclista de este calibre, uno de los mejores de la historia de nuestro ciclismo. Hay que agradecérselo. Y no descarto que en este Tour pueda lograr una victoria más para su enorme palmarés. Para ello, creo que debe desentenderse un poco de la general y esperar su oportunidad, porque ya ha demostrado este año que está capacitado para lograr un triunfo ante los mejores. Haga lo que haga, y consiga lo que consiga, sólo cabe aplaudir y admirar el gran legado que va a dejar en el ciclismo español.