AS (Baleares)

Laporta en apuros

El presidente se refugia en el “vamos progresand­o” sobre la renovación de Messi, mientras LaLiga le recuerda que el tope salarial es innegociab­le

- JUAN JIMÉNEZ

Por primera vez desde que regresó al Barça, y pese a que él mismo dedicó su campaña electoral a pedirle al socio que huyera de “mensajes catastrofi­stas”, Joan Laporta está en apuros. El asunto se ha empezado a complicar poco después de cumplir los famosos cien días de gobierno. En lo que es casi la paradoja perfecta, el silencio sobre la renovación de Messi, teóricamen­te pactada, ha empezado a hacer mucho ruido. Y en el Barça ya no están tan tranquilos.

Dos aspectos han parado, de momento, el acuerdo con el crack. El primero, fundamenta­l, es el tope salarial impuesto por LaLiga. Aunque ninguna de las partes quiere dar cifras exactas, lo que sí le ha hecho saber el órgano que preside Javier Tebas al club azulgrana es que está obligado a cumplir la normativa, y que por encima de ella no están el Barça ni Messi, pero tampoco ningún otro club. Así que los esfuerzos de Laporta ahora tienen que ir encaminado­s a pedirle un último esfuerzo a Messi y a los sueldos más altos de la plantilla. Con un problema añadido. La cantidad de fichas desorbitad­as de jugadores que aportan poco o nada en el plano deportivo. Desde Umtiti a Coutinho pasando por el lesionado Dembélé.

Al asunto del tope salarial se han sumado algunas garantías que Messi ha pedido para evitar problemas fiscales en los próximos años, ya que la intención del Barça es extenderle por dos años su contrato, hasta 2023, pero luego completar los pagos pendientes cuando regrese de su aventura americana, si es que al final decide probar en 2023 en Estados Unidos. Laporta, por cierto, ha echado de menos en las últimas semanas un mensaje público del argentino generando confianza en el socio. La mejor demostraci­ón de que, una vez más, quien maneja los tiempos es Messi. “Vamos progresand­o”, dice estos días Laporta, que por primera vez deja caer cierta tensión en el rostro y el temor de convertirs­e en el presidente que no pudo retener a Messi.

Hay efectos colaterale­s. Al mismo tiempo que se negocia la continuida­d de Messi, Mateu Alemany intenta pactar los recortes del resto de vacas sagradas. Piqué se entendió con Laporta, pero los casos de Busquets, Jordi Alba y Sergi Roberto todavía no están resueltos. La intención de Alemany es firmar nuevos contratos con los jugadores, acordes a la desesperad­a situación económica. A Alba se le ha puesto en el mercado, pero no quiere salir. Con Buquets, se persigue firmar una nueva extensión de contrato para poder diferir los pagos hasta que se reactiven los ingresos a un nivel pre-pandemia. Buquets le recuerda al club azulgrana que él no le ha costado ni un solo euro. Otros, en cambio, costaron una millonada, ganan otra y no han rendido nada. Él lo ha ganado todo.

Paradoja El silencio respecto a la firma del argentino empieza a hacer ruido

Más líos Los recortes a Busquets y Jordi Alba son otros asuntos peliagudos

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Joan Laporta, en la asamblea de socios compromisa­rios del pasado 20 de junio.

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