Bono le deja las cosas muy claras a Dmitrovic
Marcó el canterano Johansson y salvó el marroquí
Un Sevilla experimental, repleto de canteranos y mezclando mucho los titulares que no están de vacaciones, ganó a Las Palmas gracias a otra actuación estelar en la segunda mitad de ese portero bendecido, que hasta marca goles, llamado Yassine Bono. El serbio Dmitrovic ha llegado para hacerle competencia al marroquí pero ya sabe que lo va a tener muy difícil para quitarle la titularidad.
La victoria ante el Espanyol había respaldado la idea de Mel de jugar con tres centrales y así volvió a formar de inicio el técnico ante el Sevilla. Faltaban los internacionales Diego Carlos, Koundé, Papu y Acuña, los lesionados Fernando, De Jong y En Nesyri y los transferibles Gudelj, Rony, Amadou y Gnagnon. Apenas Jesús Navas, Rakitic y Ocampos aparecían en el once de Lopetegui de entre los más habituales.
Salió en su rol el Sevilla, dominador, pero con escasa profundidad. Defendía con sobriedad Las Palmas, salvo a balón parado. Sacó dos balones bajo palos en esta suerte la zaga canaria. Mujica y el joven Alejandro García eran una isla. Maikel Mesa tuvo la única medio clara de los amarillos en la primera mitad, en un disparo escorado que desvió Dmitrovic.
Renovado en los cambios casi por completo, saltó al campo mucho más animado Las Palmas para la segunda parte. Muy activo el hispano-guineano Clau Mendes. El que encontró el gol fue sin embargo el Sevilla, gracias a una buena jugada de Johansson, medio luxemburgués que llegó a la cantera nervionense el año pasado libre del Bayern. Su tiro desde la frontal, tan flojo como colocado, sorprendió al rinconero Vallés, lento (1-0, 57’).
Pudieron empatar Lemos y Clau Mendes, pero respondió mejor Bono, que ya había hecho un paradón ante el Coventry City y volvió a tapiar la portería del Sevilla. Lopetegui había sacado también un equipo nuevo, repleto de meritorios salvo Jordán y Óliver Torres. Curiosamente, los dos que tuvieron que retirarse antes de tiempo, lesionados.
Pejiño, exsevillista, hacía daño. El Sevilla terminó con 10 por la dolencia de Jordán, el árbitro no le dejó hacer más cambios. Pero Bono redondeó su recital amargando a Curbelo con un paradón a bocajarro.