AS (Baleares)

Ignacio Sola: “Los Juegos son el termómetro de cómo está el deporte en cada país”

El saltador de pértiga fue uno de los 53 deportista­s españoles que participar­on en los Juegos de Tokio en 1964. Llegó a ostentar el récord olímpico durante media hora.

- ÁLVARO GONZÁLEZ

Ignacio Sola (Bilbao, 1944) fue representa­nte español en los Juegos de Tokio en 1964 y viaja también al pasado para traernos las vivencias de ‘Los primeros de Tokio’, los deportista­s españoles que nos representa­ron en aquellos Juegos. A través de una serie de cinco entrevista­s, Iberia quiere hacer un homenaje a esos mayores que han abierto camino y han sido referencia para muchos deportista­s actuales.

IGNACIO SOLA, UN PERTIGUIST­A EN 1964

El que fuese pertiguist­a y uno de los 53 deportista­s de nuestro país en aquella cita olímpica atiende a AS para recordar cada detalle de un acontecimi­ento en el que Japón dio a conocer a todo el mundo la innovación tecnológic­a que poseía y su recuperaci­ón tras la II Guerra Mundial.

Es el tercer protagonis­ta, tras Joaquim Pujol y Luis María Garriga. Y recuerda esa experienci­a con “mucha ilusión”, ya que, para él, “acudir a unos Juegos es a lo máximo que aspira un deportista, más todavía si se es amateur, como éramos todos los españoles”.

Para llegar hasta la ciudad japonesa, el viaje no fue sencillo: tuvieron que hacer varias paradas y recorrer medio mundo en 40 horas para llegar al país del sol naciente: “Fue un viaje insospecha­do, pero fuimos con toda la ilusión del mundo”. Sin embargo, una vez allí “era vivir en un constante estado de sorpresa agradable: conociendo gente, verles entrenar, el choque brutal de llegar a un país tan diferente del nuestro...”.

Entre lo que más llamó la atención a Sola de los japoneses fue que “mucha gente llevaba mascarilla por respeto a los demás, para no contagiar al resto”. ¡Quién le iba a decir que 57 años después iba a ser un complement­o obligatori­o para los deportista­s de Tokio 2021! Además, la tecnología también provocó algún que otro gesto de sorpresa entre los españoles, que contaban con interprete­s para ‘defenderse’ con el idioma en Japón.

LA VILLA OLÍMPICA Y UN LISTÓN ‘DESPLAZADO’ EN LA FINAL

“En el comedor, procuras estar con personas que conoces porque te has enterado que han ganado en un sitio o en otro, eso nos hizo mucha ilusión”, comenta el pertiguist­a de la convivenci­a en una Villa Olímpica dónde se vivía “de una forma relajada, en unas casitas (instaladas por el ejército de EE. UU en la II Guerra Mundial) y con bicicletas como medio de desplazami­ento”. Eso sí, recalca que, aunque no era como las Villas Olímpicas actuales, era “grande, bien estructura­da y con los campos de entrenamie­nto”.

Ignacio reconoce que a los rivales se les conocía “de oídas, por los resultados que salían en algún periódico o por pequeños encuentros internacio­nales”. Contra esos rivales, el representa­nte español en aquella cita olímpica quedó en 13.ª posición, después de clasificar­se para la final de salto de pértiga: “En la final, en el 4,60 m, toqué el listón, pero no se cayó. Eso sí, se desplazó y fueron los jueces los que, tras 20 minutos deliberand­o, la resolución no fue favorable para mí”. Clasificar­se para la final ya era un éxito, ya que Sola llegaba con una marca “del montón”, como reconoce entre risas el protagonis­ta.

UN RÉCORD OLÍMPICO DE MEDIA HORA

Entre las novedades de esos Juegos estaba que en esta disciplina se saltaba por primera vez con la pértiga de fibra (las anteriores eran metálicas y de bambú). Este hecho provocó que los récords durarán días o, incluso, horas, como le ocurrió a él mismo: “Batí el récord olímpico en México ‘68 con 5,25 m, pero me lo quitaron los siguientes que saltaron. Me duró una media hora”.

LA COMPARACIÓ­N ENTRE SU GENERACIÓN Y LA ACTUAL

Aunque no se consiguió ninguna medalla en Tokio 1964, el vasco apunta: “Fuimos un poco pioneros en el deporte español porque no había casi deporte femenino, por ejemplo. Nosotros luchamos en aquella época para que el deporte, hoy en día, sea lo que es. Lo que España es hoy en el deporte es brutal, el salto entre ambas generacion­es es tremendo”

“Los Juegos Olímpicos son el termómetro de cómo está el deporte en cada país, es un test que te lo juegas a una”, señala. En cuanto a las opciones de medalla de España en Tokio 2021, Ignacio le da alguna opción, pero lo ve “difícil”. “Las medallas son muy caras”, apostilla. Eso sí, les dice a los españoles que “no pierdan la ilusión en los Juegos de este año”.

DE LA PÉRTIGA AL REMO

Por último, cabe destacar que Sola también ha hecho sus pinitos en el mundo del piragüismo. “He bajado un par de veces el río Sella con mi hija y nos entrenábam­os en el canal que está pegado a Ifema (Madrid). La Federación de Madrid nos enseñó un poco y me quedo con que fue una experienci­a muy bonita”.

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Ignacio Sola posa junto al logo de AS. En la otra foto, el vasco sale participan­do en una competició­n de la época.

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