La maldición del 18
Tchouameni llevará un dorsal que lucieron estos últimos años, sin fortuna, Bale y Jovic
Hasta cuatro veces dijo Tchouameni la palabra “desafío”, sin saber que el mayor de todos lo había aceptado sin querer: llevar el 18 del Madrid. “He lucido el 8 durante muchos años, pero aquí lo tiene Kroos. El 18 estaba libre y lo elegí por ser el más parecido”, dijo en su presentación. Tal vez fue víctima del desconocimiento; o tal vez lo sabía y, simplemente, es un valiente. Pero la historia reciente dice que nadie triunfa en La Castellana con ese número a la espalda. Parece digno de una maldición.
El último en portarlo ha sido Bale, pero antes que él hubo muchos más. El anterior 18 fue Jovic, que con ese dorsal tuvo que salir cedido al Eintracht para tener minutos. Su anterior portador fue Marcos Llorente. El ahora jugador rojiblanco lo heredó de Mariano, que lo lució en la 2016-17 antes de poner rumbo a Lyon. Le precedieron unos jovencísimos Lucas Vázquez y Nacho, que empezaron a despuntar, casualmente, cuando dejaron el 18. Antes, su portador fue Albiol, cuyos mejores años no fueron en la capital. El Madrid pagó en torno a 15 millones al Valencia por ficharlo el verano de 2009 y, cuatro años y 118 partidos después, lo vendió al Nápoles por unos 12.
El predecesor del valenciano nos lleva a un momento cumbre: Julien Faubert. Probablemente uno de los jugadores más recordados entre el madridismo y no precisamente por su fútbol, sino por el episodio que protagonizó al quedarse dormido en El Madrigal. Un mes antes de su llegada, ese dorsal era de Rubén de la Red, obligado a retirarse por problemas de corazón. Antes, dos delanteros: Saviola (sólo tres goles en 17 partidos) y Cassano (menos, dos goles en 12 encuentros). El italiano recogió el testigo de Woodgate, que debutó con un gol en propia puerta y una expulsión y a quien castigaron las lesiones.
El dorsal también ha pasado por la espalda de canteranos como Javier Portillo, rostros conocidos como Karanka o jugadores como Víctor Sánchez y Rafael Alkorta. Esos son los antecedentes del dorsal que ha escogido el flamante fichaje del Madrid. Tchouaméni ya conoce la historia y no puede echarse atrás. Ahora le toca romper el maleficio. Decir la palabra “desafío”... por quinta vez.
Mal fario Faubert, Cassano y Woodgate fracasaron con el 18