La FIA abre el melón del ‘porpoising’
El rebote se limitará a partir de los Libres 3 de Canadá, confirma la directiva técnica ● ● Malo para Ferrari, bueno para Red Bull
La FIA interviene ante el fenómeno del porpoising, el rebote de los coches en las rectas a más de 300 kilómetros por hora generado por la carga aerodinámica del efecto suelo. Algunos pilotos fueron muy críticos en las últimas semanas por el dolor físico que implica saltar en una bestia de 1.000 CV y 700 kilos a tan alta velocidad, y los riesgos que supone por la pérdida de concentración ante el punto de frenada, y el organismo confirmó ayer en Montreal que ha emitido una directiva técnica para “guiar a los equipos alrededor de las medidas que la FIA intentará tomar para atajar el problema”.
La solución se fijará durante el GP de Canadá a partir del tercer entrenamiento libre, confirman fuentes del paddock a AS. A través de las “verificaciones de planchas de los suelos y skids, en cuanto a diseño y desgaste”, se va a establecer una “métrica basada en la aceleración vertical del coche que aportará un límite cuantitativo” de lo que está permitido o no. “La fórmula matemática exacta para esta medida todavía está siendo analizada por la FIA y los equipos de Fórmula 1 han sido invitados para contribuir en este proceso”, aclara la nota oficial. Habrá “reuniones técnicas” para definir “medidas que reduzcan la propensión de los coches a exhibir este fenómeno en el medio plazo”, precisan, y se fijará un umbral de tolerancia. Otra cosa es que los equipos intenten enfangar el proceso con consultas y preguntas que puedan retrasar su implementación.
Motivos. La FIA “interviene después de consultar a los doctores en el interés de la seguridad de los pilotos”, preocupados por “la concentración”, “la excesiva fatiga o el dolor” y “el impacto físico en la salud de los pilotos”.
Y ahora, traducción. El porpoising tiene fácil solución, se levanta el monoplaza unos milímetros con respecto al suelo y se acaban los rebotes, pero así se pierde carga aerodinámica y por tanto, décimas por vuelta. Las escuderías lo mantienen porque hay ganancia de rendimiento, a pesar de las quejas de algunos pilotos: compensa botar en las rectas para rebajar el tiempo en las curvas. Si no está permitido superar un número prefijado de aceleración vertical, los equipos tendrán que afinar los reglajes de cada monoplaza para asegurarse de que no hay exceso de rebote. De lo contrario, serán descalificados.
Esta medida, en vez de fastidiar a quienes han sabido reducir el porpoising, salpicará exclusivamente a quienes aún lo tienen. Ferrari y Mercedes botan, es un hecho, el F1-75 de Leclerc y Sainz es rápido a pesar de ello. El Red Bull de Verstappen y Pérez, mientras, es razonablemente estable en las rectas. En la parte media de la parrilla hay cierta heterogeneidad, pero es justo resaltar que el Alpine de Alonso apenas ha sufrido de este fenómeno y no es casualidad que en los circuitos de altas velocidades, como Jeddah Corniche, Melbourne (renovado hasta 2035), Miami o más recientemente Bakú, el A522 anduviera más cerca del top-5. Igualmente, Alfa Romeo o Aston Martin han sido eficientes en este apartado. La conclusión rápida es que si se interviene el porpoising, se beneficiará de primeras a quienes en este momento no lo tienen. Desde este GP de Canadá, puede cambiar el orden establecido de la parrilla.
■ Se le ve con ganas, como en cada jueves de esta temporada, a Aleix Espargaró. Atrás queda ya el error de Montmeló que le costó el podio, aquel que le hizo cortar gas al comenzar la última vuelta por creer que ya se había terminado la carrera y que no se “podía quitar de la cabeza”: “Me repetía a mí mismo: ‘Es un error, olvídalo’. Pero me ha costado muchos días”. Difícilmente le volverá a suceder algo así al de Aprilia, que recuerda lo mal que lo pasó: “Creo que nunca en mi vida lo he pasado tan mal, nunca en mi carrera deportiva y mira que me he caído veces y me he hecho daño. Estaba muy, muy hundido. De hecho tenía algunas reuniones después de la carrera y le dije al equipo que necesitaba irme. Me fui con mi mujer al cine, fue la única forma de evadirme”.
Con su error superado, Aleix llega al GP de Alemania dispuesto a intentar conseguir la victoria en el revirado circuito de Sachsenring y se señala como favorito. “¿Quién es el favorito sin Márquez? Yo. ¿Qué quieres que te diga? ¿Bagnaia?”, asegura el de Granollers, que explica así porqué tiene tanta confianza en la cita de este fin de semana: “El año pasado estuve luchando con
Marc al inicio de la carrera, nos adelantamos un par de veces, la Aprilia ha funcionado siempre aquí y acabé a dos segundos del podio. Creo que, aparte de Silverstone, ha sido la carrera que acabé más cerca del podio en todo el campeonato. Esta moto es mucho más competitiva que la del año pasado, así que si hago un buen trabajo dependerá de mí luchar por la victoria”.