El Madrid, a tiro de uno
Los blancos reaccionan a la derrota en el Palau con una exhibición de fuerza y actitud colosal ● El Palacio vuelve a rugir
La reiteración de la batalla sin ninguna tregua deja cada vez más exhaustos a los dos equipos, pero como el Madrid, a pesar del aluvión de bajas, llegaba más fuerte, ese extra físico (y si quieren mental) le está haciendo cabalgar sobre la adversidad, por momentos casi volar. Los blancos marcaron la pauta con una gran defensa, que condujo al Barça a perder 19 balones, y su dominio de los rebotes ofensivos (10 de los 15 entre Poirier y Yabusele, ambos fantásticos en eso y en el resto con una energía desbordante). Al final, hasta 19 tiros de campo más que su rival. La superioridad absoluta merengue bajo tableros dejó en nada su inocuo 24% en triples.
El Madrid ha visto dónde tiene ventaja y está cargando con todo: balones dentro y penetrando desde el exterior, también en transición. Los de Jasikevicius sufren para detener esas oleadas. En el perímetro, además, el trío Hanga, Causeur y Deck volvió a funcionar (34 puntos y 5 asistencias) y recibieron un gran refuerzo, el de Llull. Tavares tuvo un peso importante en el latigazo del tercer acto y Taylor, en defensa, con Laprovittola anulado. Mirotic no fue un factor en ningún momento y solo los arreones de Kuric permitieron a los suyos avanzar a trompicones. “Si repetimos esta actitud, la afición no nos va a dejar perder”, decía Chus Mateo, un triunfo mañana valdría una Liga en un Palacio rugiente que volvió a llenarse, por primera vez en más de dos años y medio, desde antes de la pandemia.
La gran modificación de inicio respecto a los dos Clásicos del Palau fue la entrada de Exum en el quinteto titular. Tres faltas en cinco minutos, así que el australiano varió poco las cosas. Al Madrid se le veía más entero, más potente dentro y bastante bien en la defensa de cambios continuos. “No sé cómo estamos solo siete abajo”, decía un Jasikevicius muy franco. Kuric casi lo igualaba todo con 8 tantos seguidos en el arranque del segundo cuarto (25-24), pero volvió a imponerse la cadencia merengue, su fuerza, aunque se echaran en falta más balones dentro a Tavares en momentos de apuro. El Barça también le cerraba bien y le mandaba a la línea. Su primera canasta llegó en la reanudación, momento en el que su equipo se volcó hacía él y, con la inspiración de Deck, abrió brecha: 55-42. Le cortó las alas la tercera personal y con Kuric regresó el acordeón: 55-50.
Causeur replicó y Poirier se hizo el amo de la zona. La buena presión de Davies en todo el campo en ese tramo le pasaba factura. Un desgaste extra que acabó de romper a los culés. Llull ayudó con un triplazo. Al final del acto, +13 y en el arranque del último, +19 (72-53) con un dominio atlético abrumador y Yabusele y Deck pletóricos. Los dos técnicos reservaron a varios de los principales y empezaron a pensar en lo de mañana. Título blanco, el 22º de la era Laso, o quinto partido en el Palau. A ver.
Desbordado El Barça perdió 19 balones y cedió 15 rebotes bajo su propia canasta