AS (Baleares)

La reforma del Bayern

El club de Múnich recompone la plantilla después de los duros fracasos en la Champions League y en la DFB Pokal

- J. C. MENZEL

En Múnich jamás se acostumbra­rán a estar de vacaciones cuando se reparten los títulos que importan. Ocurrió este año, después de alzarse con una décima ensaladera consecutiv­a que supo a poco, el Bayern vio desde el sofá cómo el Real Madrid ganaba la decimocuar­ta y el Leipzig levantaba la Pokal. Dos títulos a los que ha aspirado en los últimos diez años y sobre los que se ha quedado lejos esta temporada, cayendo en cuartos de final de la máxima competició­n continenta­l y siendo eliminados en dieciseisa­vos (con un contundent­e 5-0 en contra en la casa del Borussia Mönchengla­dbach) de la Copa nacional. Tocaba reinventar­se. Revolucion­ar la plantilla. Dar un golpe sobre la mesa. La decisión estaba tomada desde que el Villarreal hiciera pedazos al Bayern y, siempre fiel a los principios bávaros, no se ha tardado en acudir con firmeza al mercado para volver a construir un equipo ganador.

A mediados de junio, los muniqueses ya cerraron un total de tres operacione­s que comienzan a dar forma al que será el gigante alemán del futuro. El lateral Mazraoui, el todocampis­ta Gravenberc­h, ambos procedente­s de la fábrica de talentos del Ajax, y, sobre todo, Mané, estrella del Liverpool con ganas de abanderar el proyecto muniqués, dan un salto de calidad mayúsculo a la plantilla bávara. Entre los tres, el Bayern se ha gastado tan solo 50 millones de euros en pagos fijos, una suma que podría aumentar si se llegan a cumplir una serie de objetivos. Laimer, al que el técnico Nagelsmann conoce de su etapa en Leipzig y define como “máquina de presión“, podría ser la guinda a un proyecto cuyo claro objetivo es devolver al Bayern a la cima de Europa como lograron en la temporada de la pandemia, la 2019-20.

El encargado de crear el entorno idóneo para que futbolista­s de la talla de Mané puedan brillar sigue siendo Julian Nagelsmann. A sabiendas de que se trataba de un proyecto a largo plazo, los mandamases muniqueses le dotaron de un contrato hasta 2026 y, tras una temporada poco satisfacto­ria, entienden que, ahora, dispone de todo lo que necesita para devolver al Bayern a la cima. Para ello, Nagelsmann baraja cambiar el 4-2-3-1 con el que Flick se alzó con el sextete por un 4-3-3 que acumule el máximo número de efectivos arriba con el fin de desplegar un fútbol más ofensivo y vertical con el Liverpool de Jürgen Klopp o el Manchester City de Pep Guardiola como modelos a seguir.

Con alguna que otra salida como la de Süle, Tolisso o Marc Roca ya cerradas (Sabitzer también se sitúa en la rampa de salida), el Bayern es consciente de que una pieza fundamenta­l en su esquema sigue siend o la de Lewandowsk­i. Son consciente­s en Múnich de que, a corto plazo, no encontrará­n a ningún futbolista que le garantice una cifra de goles por temporada que siquiera se acerque a la de la estrella polaca. Muy a pesar de haber dejado claro que su intención es salir de la que h a sido s u casa desde el v e rano de 2015 los próximos meses, desde la directiva del club alemán sigue cerrándole la puerta de salida. En Múnich no pierden la esperanza de volver a ganar el corazón de Lewandowsk­i para la causa. Saber que podrá contar con otro crack como es Mané a su lado puede ayudar a que decida cambiar de opinión.

Fichajes Mazraoui, Gravenberc­h y Mané han llegado a Múnich este verano

Salidas Se han despedido jugadores como Süle, Marc Roca o Tolisso

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