AS (Baleares)

Rahm sobrevive al infierno

The Country Club fue una pesadilla para los jugadores, pero el vasco resiste y aspira a todo hoy

- JAIME DÁVILA / LA CRÓNICA —R. PAYÁ

AI tercer día de US Open, el campo bostoniano de The Country Club se convirtió en un infierno para los golfistas. Nadie se escapó de sufrir las duras condicione­s del recorrido, especialme­nte complicado por el viento y el alto ‘rough’. Quienes se mantienen con opciones a falta de un día son aquellos que supieron resistir, y uno de ellos es Jon Rahm.

El vasco, que defiende el título ganado en 2021, marchaba en segunda posición con -3 después de 12 hoyos al cierre de esta edición. Rahm, a un solo golpe del líder Zalatoris, fue capaz de solventar la gran mayoría de problemas a los que se enfrentó. Después de un bogey en el segundo hoyo, el de Barrika fue capaz de sacar valiosos pares que celebraba como si fuesen birdies, consciente de que aguantar en el vendaval era clave.

Pudo incluso arañar un birdie al hoyo siete, aunque poco después tropezó de nuevo. Fiel reflejo de lo que fue esta tercera jornada fue el segundo golpe de Rahm en el hoyo 8: de espaldas ante un árbol que imposibili­taba un impacto normal a la bola.

El bogey en ese hoyo también fue un resultado, especialme­nte porque a su alrededor todos iban cayendo poco a poco. El número uno del mundo, Scottie Scheffler, llegó a colocarse en primera posición y con dos golpes de ventaja tras un eagle desde la calle del 8. Sin embargo, cuando parecía que Scheffler había arrancado el piloto automático que tantos éxitos le ha dado este año, el estadounid­ense también sucumbió a The Country Club. Entre los hoyos 11 y 13, Scottie sumó un doble bogey y dos bogeys que le hicieron caer hasta -2 al fin de esta edición. También se hundieron los dos jugadores que lideraban tras el viernes. Morikawa perdió tres golpes, y Dahmen cedió cuatro.

El único golfista que consiguió brillar anoche fue Will Zalatoris. El espigado estadounid­ense de 25 años se siente cómodo cuando el campo aprieta, y lo demostró con una vuelta de 67 golpes, tres bajo par, la mejor del día. Su -4 le permite liderar y afrontar la jornada final con ventaja para levantar su primer major.

■ El cisma del golf está siendo palpable en The Country Club. El campo que acoge la 122ª edición del US Open vio salir a 156 jugadores en la ronda inicial del jueves y para los dos recorridos finales sólo quedaron 64. No pasaron el corte 92 golfistas y la comparativ­a entre los participan­tes en el estreno de LIV Golf, el circuito alternativ­o al PGA Tour financiado con los petrodólar­es de Arabia Saudí, no ha dejado en muy buen lugar a los ‘desertores’ que jugaron en el Centurion Golf Club de Londres.

Trece estaban inscritos, pese a estar expulsados de la organizaci­ón estadounid­ense, y únicamente dos (el 15,3%) fueron capaces de seguir jugando el fin de semana en Brookline: Dustin Johnson y Richard Bland. En el camino se quedaron Phil Mickelson, Kevin Na, Louis Oosthuizen, Sergio García, Talor Gooch, Branden Grace, Sam Horsfield, Jinichiro Kozuma, Jed Morgan, Shaun Norris y James Piot.

“Ojalá hubiera jugado mejor”, afirmaba Mickelson, ganador de seis majors pero que ha decidido tomar la senda saudí, perdiendo el cariño del público. Otros dos jugadores con mucho empaque, Bryson DeChambeau y Patrick Reed, que también han decidido marcharse a LIV Golf pero que no estuvieron en el torneo inicial, sí superaron el corte.

Hundido Un doble bogey desmoraliz­ó a Scheffler, que lidera por dos

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Jon Rahm, durante su vuelta en el tercer día de US Open.

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