Una historia feliz
Después de 941 días de baja, Klay Thompson volvió a ser uno de los pilares de Golden State Warriors
En una época en la que de todo se hacen memes, Klay Thompson actúa con tal naturalidad que desactiva la amenaza viral aunque haga cosas genuinamente particulares. Ya sea celebrar el anillo de campeón al grito de “holy cannoli”, compartir sus experiencias con Rocco, su bulldog, o airear el amor por los barcos. Después del cuarto partido de la final, cuando los Warriors salvaron el pellejo en el Garden (2-2), posteó una imagen suya sumergido en las aguas de la Bahía. Su terapia: “El océano tiene propiedades curativas. Son los lugares en los que soy feliz, el mar y la cancha”.
Ese carácter tan especial le ayudó a ser la definición ideal de estrella obrera. A sacrificar más que nadie por el bien de su equipo y ponerse a las órdenes de Stephen Curry, Kevin Durant y hasta Draymond Green. Su aportación a la cultura de la Bahía, a la química del campeón, es esencial. Hablamos de un jugador capaz de meter 14 triples en un partido, récord histórico. También el único con 37 puntos en un solo cuarto o con 60 en 29 minutos y después de tener la bola en las manos 19 segundos. Por algo es el segundo mejor tirador de la historia y el eterno compañero del primero, Curry.
Sería quedarse muy corto decir que este ha sido un anillo especial para Klay. En lo anecdótico, porque se ha enfrentado a sus odiados Celtics. Nacido en Los Ángeles, creció animando a los Lakers porque su padre, Mychal Thompson, fue dos veces campeón con los californianos en los años 80. Pero hay mucho más. Klay se pasó más de dos años fuera de las pistas, un tramo de 941 días entre el 13 de junio de 2019 y el 11 de enero de 2022. En el sexto partido de la final contra los Raptors se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Y después, en plena fase de recuperación, se rompió el tendón de Aquiles.
El 11 de enero, después de esos horribles 941 días, regresó e hizo sonreír a toda la NBA. Anotó 17 puntos en casi 20 minutos, contra los Cavaliers. Después demostró que podía volver a ser un jugador importante. 32 partidos de fase regular (20,4 tantos y 38,5% en triples) y pleno en playoffs (19 puntos, 38,5%), donde ha sido el jugador de los Warriors con más minutos (792). En la final, recuperó en algunos momentos su mejor versión defensiva y sumó cinco triples en dos partidos. Él y Curry llevan 1.012 en playoffs, ambos por encima del 40% (561 el base, 451 él).
Ahora, el escolta (cuatro anillos, cinco all star, un oro olímpico…) empareja su camino al de su entrenador, Steve Kerr, al estilo de lo que afirmó Michael Jordan con respecto a Phil Jackson: “No jugaré a las órdenes de ningún otro entrenador”. Ya con 32 años su futuro está claro: cobrará 40,6 millones la próxima temporada y 43,2 en la 2023-24, la última que los Warriors le aseguraron cuando, nada más romperse la rodilla, le dieron un contrato máximo: cinco años, 190 millones. Sin condiciones ni asteriscos. Eso también es cultura Warriors.
Lesiones El escolta se rompió el ligamento en 2019 y el Aquiles en 2020
Unión “No jugaré a las órdenes de otro entrenador que no sea Kerr”