Remos hacia el oro
Los subcampeones del mundo atienden a AS ● París 2024: “Sólo pensamos en la medalla”
En pleno estanque del Retiro, sorprende una embarcación. No encaja en el bodegón que conforman los botes dirigidos por parejas, aficionados al remo o turistas, que son muchos. Se desliza por el agua de otra forma, como si no le costara, frente a los movimientos esforzados, pero poco eficientes, de muchos de los presentes, principiantes. Atrayendo la mirada de curiosos y la atención de aquellos que les reconocen, cada vez más, cuatro subcampeones del mundo atracan a escasos metros del icónico Monumento a Alfonso XII, donde atienden a AS. “Tenemos mucha confianza entre nosotros, entre los cuatro, porque siempre entrenamos los unos contra los otros, a todo lo que dé. Tener otro bote que nos apriete las tuercas nos está haciendo mejorar mucho”, explica Rodrigo Conde, describiendo en palabras lo que se estaba viendo sobre el agua: bromas, complicidad y una mirada tan amable como feroz.
Este verano, junto a Aleix García, consiguió la plata tanto en los Europeos de Múnich (Alemania) como en los Mundiales de Racice (Chequia), encima de un doble scull que se quedó a las puertas de disputar los Juegos Olímpicos de Tokio. “Empezamos a prepararlos a última hora y estuvimos muy cerca. Fue bastante duro, pero eso mismo fue lo que nos llenó de ganas”, recuerda el de Girona. Entre ambos, encima de una yola negra, se sienta Jaime Canalejo. En la popa, su compañero de dos sin timonel, Javier García, también rival cuando llega el derbi sevillano. Su Betis, a diferencia del Sevilla de Canalejo, está volando y él, como invitado de honor en el Villamarín, lo pudo disfrutar en primera persona. “Nos lo pasamos bien, tenemos ese pique interno”, revela. Cuando se juntan, sin embargo, entonan el mismo himno. Como Aleix y Rodrigo, se proclamaron subcampeones del mundo en Racice; en Múnich, fueron bronce.
A Madrid, precisamente, han llegado desde la capital hispalense, donde ya han empezado la concentración de cara al próximo curso. Por delante, meses de mucho volumen a intensidad progresiva. Específicamente, centrados en ejercicios de fuerza y en la masa muscular, lo único que, tras hacer balance de la temporada, les privó de estar aún más arriba. “Creemos que es en lo que éramos un poco inferiores a nuestros rivales. Trabajaremos mucha carga en el gimnasio”, analiza Conde.
En septiembre de 2023, en los Mundiales de Belgrado, perseguirán sus billetes para los Juegos Olímpicos de París. Todos coinciden: en Francia, la medalla es muy factible y el oro, un objetivo plausible. “Ahora mismo, en nuestra cabeza, sólo cabe ganar una medalla y, si puede ser, la de oro. Estoy seguro de que haremos un papel increíble”, no tiene miedo a afirmar Aleix.
“Cambió el programa y funciona. Hay que darle continuidad”, revela Canalejo. “Estoy convencido de que, como mínimo, se van a añadir dos medallas olímpicas más”, ilusiona Conde. Hasta la fecha, sólo figura la plata de Fernando Climent y Luis María Lasúrtegui en Los Ángeles. “¡Plata, plata!”, gritaba Fernando a falta de 500 metros, cuando se quedaban atrás Noruega, Francia, Italia y Estados Unidos. Un grito que, igual o mejor, puede volver a resonar.
Las claves “Cambió el programa y funciona. Ahora, hay que darle continuidad”