La dialéctica del triunfo
Los técnicos despliegan su savoir faire hoy en día tanto en el césped como en las ruedas de prensa, y en ese ruedo Quique Sánchez Flores es un diestro avezado y brillante que torea con maestría a la prensa, rendida de antemano a sus encantos. En sus comparecencias sucede una suerte de microclima de seducción en el que uno olvida que llevamos siete puntos y se apresta a sonreir, e incluso a carcajearse. Una vez acaba la función, resulta que el corneado es el toro y además sin necesidad de vaselina ni amago de echar mano a la hoja de reclamaciones. Uno se aleja de allí confortado intelectual y espiritualmente y cruzando los dedos para que tras la seguridad y el aplomo del técnico haya algo que concuerde con la realidad. Que dicho sea de paso es que hemos ganado un solo partido y curiosamente la última vez que marcamos un gol, hace ya casi un mes.
Pero ni siquiera él escondió ayer que el de hoy es un partido clave y hay que ganar o va a empezar a disolverse el embrujo. El crédito es casi ilimitado, pero el mejor discurso es un arma de doble filo si no viene acompañado de puntos sobre el césped. La única dialéctica que persiste en el fútbol es la de la victoria. Aquello de Aragonés y su famoso “ganar y ganar” . Lo sabe Quique y lo sabe Chen, que por primera vez en lo que va de temporada no verá el partido en pijama. No le amarguen la tarde y a ganar.