Un derbi loco con un desacertado Undiano
Tres expulsados, el diluvio y tablas en el descuento
Real y Eibar empataron en el gran derbi guipuzcoano marcado por el despropósito de arbitraje de Undiano Mallenco, que condicionó con sus decisiones el resultado final, especialmente dañinas para el Eibar. Eso sí, con o sin polémica arbitral, el encuentro no defraudó a nadie, y dejó bien a las claras por qué armeros y realistas están a día de hoy peleando por entrar en Europa al final de temporada. Monumento al fútbol, por trabajo, esfuerzo, sacrificio y buen juego... de ambos equipos. Cada uno con sus armas. La Real tuvo ganado el partido, el Eibar se sintió robado y se levantó. Hubo expulsiones, penaltis y mucho fútbol. Juanmi abrió el marcador, Escalante lo igualó, Vela lo volvió a desnivelar de penalti, y Pedro León lo igualó en la última jugada del encuentro haciendo justicia a los méritos que habían hecho ambos equipos.
El partidazo de Anoeta fue partidazo desde el principio, con alternativas para ambos equipos y un ritmo de juego endiablado. La Real trataba de sacar la pelota jugada desde atrás como acostumbra, pero el Eibar planteó un partido muy intenso, con una presión adelantada en campo de la Real y un ritmo endiablado. Tal fue el despliegue físico del Eibar que a los donostiarras les costaba horrores hilvanar una jugada de ataque. Aunque prácticamente a la primera que le salió la jugada acabó en gol. Luego fueron llegando mil accidentes, polémicas y rifirrafes, con el empate en el descuento que se tragó Rulli de forma descarada. Mendilibar ni lo pudo ver, pues estaba expulsado.