Octavo puesto en la primera Liga de Chen y Quique
Una plaza sobre el presupuesto
La victoria del Barcelona ante el Eibar (4-2), el domingo, resultó inútil para los culés, pero ha beneficiado enormemente a su eterno rival, el Espanyol, que gracias a esta derrota de los armeros, combinada con el empate del Alavés en Leganés del sábado (1-1) y su propio triunfo el viernes en Granada (1-2), consigue terminar la Liga en la octava plaza de la clasificación.
Se trata de una posición simbólica, más allá del bonus del que gozarán en el reparto televisivo, pero cargada de significado. El objetivo del Espanyol en esta primera temporada del proyecto de Chen Yansheng, con Quique Sánchez Flores en el banquillo, era acabar entre los diez mejores del campeonato, por lo que se alcanza con creces. Y el reto de la siguiente campaña es superar la actual, por lo que ahora el club perico se ve obligado a entrar de pleno en la lucha por Europa en la 2017-18.
Pese a tratarse de una plantilla totalmente remodelada, lo que conllevó dificultades iniciales, el Espanyol acaba por delante de lo que marca su presupuesto (es el noveno de Primera) y supera en la clasificación a un sinfín de teóricos rivales directos: Málaga, Celta, Valencia, Eibar, Alavés, Las Palmas, Betis y Deportivo.
Asimismo, on 56 puntos, el Espanyol ha certificado su segunda mejor puntuación en los últimos 18 años, tras los 61 puntos que sumó en la temporada 2004-05. Y alcanza esa octava plaza por primera vez en seis temporadas, ya que también la obtuvo Mauricio Pochettino en el curso 2010-11.
Desde que los triunfos dan tres puntos en la Liga, el conjunto blanquiazul solo ha superado una clasificación como la actual en tres ocasiones: quinto en la 2004-05 con Miguel Ángel Lotina, séptimo en la 1998-99 con Miguel Ángel Brindisi y cuarto en la 1995-96, de la mano de José Antonio Camacho. Buena parte del éxito radica en los 30 puntos de la segunda vuelta, la tercera mejor puntuación de la historia del Espanyol, o los 27 a domicilio, la segunda mejor de siempre para los pericos.
Objetivos La posición obliga al Espanyol a luchar sí o sí por Europa en la 17-18