Fotos de premio sin premio
Las dos imágenes más icónicas de la temporada se quedan sin copa
Soledad
En ambas fotos, como en el resto del curso, se ve a un Leo muy solo
Escenarios
El Camp Nou, el Bernabéu y el jugador explican el impacto
La temporada del Barcelona ha dejado para la memoria del fútbol dos imágenes icónicas, que seguramente acapararán premios de fotoperiodismo. Vienen a ser el resumen gráfico de un equipo inconstante, capaz de lo mejor y de lo peor. Lo mejor, como acostumbra, lo firma Messi.
De haber acabado la temporada de otra manera y coincidiendo con las elecciones a la presidencia del club, podrían jugarse ustedes el café del desayuno con medio bar a que cualquiera de las dos fotografías que acompañan esta información hubieran sido el cartel electoral del candidato continuista, tal y como hace tres años la pancarta de Josep
Maria Bartomeu de cara a su reelección fue la foto de Messi, Suárez y Neymar corriendo abrazados tras marcar un gol al Atlético de Madrid. Que la oposición utilizara fotos de excompañeros de la directiva del actual presidente bajo el lema “Se Busca”, ya sería otra historia.
Pero ambas fotos, icónicas y de premio ambas, se han quedado en eso. En fotos de premio fotográfico porque el protagonista, no nos engañemos, es Messi. Esas fotos con Umtiti, o André Gomes, por poner un ejemplo como protagonistas, no hubieran batido los récords que destrozaron en las Redes Sociales. Que las protagonizara el mejor jugador del mundo, puede que no sea el del año, porque los títulos mandan, pero sin duda es el mejor de su época, dan un valor añadido a las instantáneas que vienen a demostrar la soledad del ídolo. Messi, como se quejaba
Cristiano Ronaldo no hace tanto, da la sensación de andar solo por el mundo sin más compañía que la de sus dos socios de delantera. Esta temporada ha vuelto a marcar más goles y más asistencias que nadie mientras jugaba en punta, en el extremo o en el centro del campo con la misma efectividad devastadora.
Pero no ha sido suficiente para que sus dos fotos más icónicas del año obtengan el premio de un título. Una se estropeó por lo que sucedió después, la segunda, fue un intento de recuperar el tiempo perdido. Pero no hubo ni tiempo ni flojera en el rival para lograrlo.
Ninguna de las dos fotografías tendría sentido sin el público. Messi interactúa con la grada en una oscilación que varía de la adoración a la provocación de la parálisis del pánico. En el Camp Nou ante el PSG fue uno más de los aficionados, que lo elevaron como a Ben Hur después de la carrera de cuadrigas en la que Masala quedó tan espachurrado como los parisinos.
En el Bernabéu, después de silenciar el campo cada vez que tocaba el balón, volvió a enmudecer a la grada tras su último toque, el que le daba la victoria al conjunto blaugrana tras un partido vertiginoso, que sólo se tomaba un momento de calma cuando Leo controlaba el cuero. Messi se merecía más premio. Por lo menos, que lo ganen los fotógrafos.