Debemos dar un salto de calidad
La temporada ha llegado a su fin, una temporada con una cierta ambivalencia. Por un lado, con una notoria clasificación final y con un bagaje de puntos que no está nada mal. No en vano, el puede presumir de ser el primer clasificado del segundo bloque liguero, aquel que está conformado por los que no han alcanzado el sueño de la clasificación europea. El curso deportivo es en líneas generales positivo, aunque con algún matiz del que tenemos que tomar atenta nota para mejorar. Hemos sido un alumno aplicado, que ha hecho los deberes y que se ha presentado a los exámenes habiendo estudiado y dando siempre, salvo contadas excepciones, una cara muy competitiva. Por el contrario, también se ha podido ver la diferencia de nivel que existe hoy en día respecto a los equipos que han alcanzado cotas europeas. Real Sociedad, Villarreal o Athletic han demostrado estar un escalón por encima, lo que nos obligará esta venidera temporada a dar sí o sí un salto cualitativo importante, tanto en inversión deportiva como en rendimiento de la plantilla.
En definitiva, un buen Espanyol que ha dado muestras de lo que puede ofrecer pero que está obligado a dar ahora sí un salto de calidad. Se avecina una temporada sin excusas y sin adaptaciones posibles. En agosto empezará el asalto a Europa con el cuchillo entre los dientes, sin descanso, sin contemplaciones. Debemos mentalizarnos que la temporada entrante es un reto mayúsculo y en el que hay que elevar la exigencia, empezando desde la grada, pasando por la directiva y acabando en el césped.