AS (Catalunya)

Dumoulin doma a Nairo y Nibali en los Dolomitas

No cedió tiempo Landa, segundo tras Van Garderen

- JOSÉ A. EZQUERRO CLASIFICAC­IONES

Mientras Tom Dumoulin ejercía de patrón y controlaba a Nairo Quintana y Vincenzo Nibali en el tappone dolomítico, dos corredores que necesitaba­n la victoria como el comer se la jugaron en Pontives. Tejay van Garderen y Mikel Landa perdieron sus opciones a la general del Giro 100 por distintos motivos. El estadounid­ense ha llegado a dudar públicamen­te de su capacidad como ciclista tras un nuevo naufragio. Las aspiracion­es del alavés, cuyo contrato con el Sky expira este 2017, acabaron en la caída que provocó un policía en la ascensión al Blockhaus.

Y como en Bormio, Landa fue segundo. Otra vez se metió en la fuga para intentar rematar el excelente trabajo de su equipo (Rosa tiró como un poseso)… y otra vez no supo gestionar los metros finales: “Soy un tonto, lancé demasiado pronto el sprint”. A los 28 años, Van Garderen alcanzó su primer triunfo en una gran ronda y rompió en un llanto sincero con los auxiliares del BMC: “Después de ocho temporadas como profesiona­l, tras tantos disgustos, la recompensa la saboreas muchísimo más. Me siento feliz y completo”. Al menos, Landa aseguró la clasificac­ión de mejor escalador.

Superiorid­ad. En la batalla por la maglia rosa, Tom Dumoulin resistió los movimiento­s de Nairo Quintana y Vincenzo Nibali con absoluta superiorid­ad. El neerlandés salió con un compañero menos por la retirada de Bauhaus, y en Gardena se quedó solo. Ten Dam, como el día del famoso apretón, fue el último en abandonar a su suerte al jefe del Sunweb. Demasiada similitud con la Vuelta de 2015 que perdió frente a Fabio Aru en los puertos de Madrid. Sin embargo, en este Giro se ha mostrado como el más fuerte.

Tan fuerte anda, y tan confiado, que permitió marcharse a Pinot, Pozzovivo y Zakarin cuando le atacaron en los kilómetros finales de Pontives. Luego aprovechar­on la situación sus paisanos Kruisjwijk y Mollema. No le interesa nada más que las ruedas de Nairo y Nibali. Con dos etapas casi unipuerto y la crono de 29,3 km en la recámara, Dumoulin se considera en una posición privilegia­da para conquistar la carrera. Nairo y Nibali necesitan sacar toda la artillería.

La montaña del Giro continuará con la llegada en alto a Piancavall­o. La cumbre de los Prealpes belluneses sólo ha sido meta en otra ocasión: Marco Pantani venció en 1998. Consta de 15,4 kilómetros al 7,3% de media, con rampas del 14%. El pelotón tendrá que afrontar antes Croce Comelico, de tercera, Sappada, sin categoría, y Sella Chianzutan, de segunda. “En Piancavall­o cambiará el panorama”, se le escapó a Giuseppe Acquadro, el mánager de Nairo. A ver.

 ??  ?? ESPECTÁCUL­O. El grupo con los más fuerte, con Tom Dumoulin vestido de rosa, toma una curva en una de las ascensione­s. El Movistar, en cabeza, pone el ritmo para Nairo.
ESPECTÁCUL­O. El grupo con los más fuerte, con Tom Dumoulin vestido de rosa, toma una curva en una de las ascensione­s. El Movistar, en cabeza, pone el ritmo para Nairo.
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