Dujsebaev y Sterbik eliminan al Barcelona
El Vardar jugará hoy ante el PSG una final inédita
BARCELONA (12+13): Pérez de Vargas (1); V. Tomás (1), Mem (2), Morros, Sorhaindo, Jicha (1), Rivera (4,3p) -siete inicial-; Ristovski (p.s.); Entrerríos (1), Ariño, Saubich, Jallouz (3), Syprzak (3), N’ Guessan (3), Noddesbo y Lazarov (6). VARDAR (13+13): Sterbik; Cupic (7,5p), Djusebaev (7), Ferreir, Cindric (4), Borozan (5), Dibirov -siete inicial-; Stoilov, Karacic (2), Shiskarev, Marzenic, Cañellas, Maqueda (1) y Abutovic. Parcial cada 5 minutos: 2-1, 5-4, 8-6, 10-9, 11-10, 12-13; 14-15, 16-17, 1819, 20-21, 23-22 y 25-26. Cancha: Lanxess Arena de Colonia, ante 19.800 espectadores.
En el último segundo, Cindric rompió la igualdad (26-25) que había logrado Lazarov en la jugada anterior. El Vardar ganaba así su primer partido al Barcelona en los 11 disputados y hoy será debutante en una final inédita, ante el PSG, que había ganado al Veszprem (27-26).
Cosas del destino, la perita en dulce se le amargó al Barcelona, porque el Vardar de los cuatro internacionales españoles (tres con pasado azulgrana) le estropeó la temporada.
Sterbik lo anunció: “Alex Dujsebaev es nuestro mejor hombre”. Es evidente que Arpad fue humilde y no quiso nominarse. Pues bien, entre el portero y el lateral desequilibraron el partido para los macedonios, porque ambos, con sus paradas y sus goles, evitaron que el Barça se escapase, y que le entrasen las dudas a los jóvenes barcelonistas.
No hubo un hombre que tirase del carro azulgrana, quien dijese ‘este partido lo gano yo’, pese a los goles de Lazarov y las paradas de Gonzalo Pérez de Vargas.
El Vardar de Joan Cañellas, un equipo sin nada que perder y entrenado por Raúl González, se ganó entrar en la historia y pelear con el PSG por el liderazgo europeo. Y, además, el apellido Dujsebaev resucita los fantasmas en el club: cuando Talant jugaba, era su rival más encarnizado; ahora es su primogénito el que toma el relevo.
De nada le valió a Pascual empezar con tres cambios ataque/defensa, rotar a todos sus hombres para que llegasen frescos al final. Careció del líder que les desencallase en los momentos de angustia.