Algunos trucos para esquivar los atascos
Salir pronto. Un clásico de la DGT: contra los atascos, hay que escalonarse. Lo que nunca explican es cómo hacerlo y resulta bastante complicado organizarse entre tanta gente. Así que hasta que llegue una app gigantesca que nos ponga a todos de acuerdo, alguien tendrá que sacrificarse. Saca lo mejor de ti mismo y hazlo tú. Si vas a viajar en domingo, unas horas menos de vacaciones no van a ningún lado y la ganancia es notable. Llegando a tu destino a primera hora de la tarde lo harás cómodamente. Los demás seguro que apuran hasta el final. Aquí la DGT es clara: a partir de las 16:00 llegan las horas desfavorables o muy desfavorables.
Un día antes. Existe un riesgo. Puede que muchos conductores lean el punto anterior y decidan salir un domingo a primera hora. Otra vez lo mismo: ¿cómo ponerse de acuerdo? La solución parece fácil: salir antes. Un día menos de descanso, sí, pero un día más para asumir el regreso. Mejor volver poco a poco. Y, a ser posible, no circular entre las 8:00 y las 14:00, que es cuando se acumula la gente.
Informarse siempre.
Todos llevamos un móvil a mano que nos puede sacar de un apuro si somos previsores. Waze es la app más popular para conocer del estado de las carreteras: una comunidad virtual que une a usuarios de la misma zona para compartir información vial y de tráfico en tiempo real. Existen otras (véase abajo) como RACC
Infotransit o la que ofrece la DGT, que también informa de la circulación en su cuenta de
Twitter @DGTes.
Carreteras alternativas. La ruta de siempre, la habitual, no siempre es la mejor. Hay carreteras secundarias, zonas menos transitadas que otras, caminos por explorar. Por eso, Tráfico diseña itinerarios alternativos en las áreas con mayor intensidad circulatoria. A lo mejor merece la pena dedicar un rato a estudiar las posibilidades que te alejen de los atascos.
Peajes. Algunas de las recomendaciones sobre recorridos alternativos tienen que ver con las autopistas. Y, aunque fastidia pagar el peaje, a veces merece la pena. Siempre están menos congestionadas que las autovías y las convencionales. Además, el gasto se compensará (en parte) con el ahorro en combustible porque, por el tipo de conducción, en un atasco se consume muchísimo más.