AS (Catalunya)

Nuevos principios, mismos finales

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El hundimient­o. Las manos de Pau evitaron el hundimient­o del Titanic perico. Después de ir ganando 0-2, con otro sistema, otra imagen, otras posibilida­des, el Espanyol se fue marchitand­o como una flor muerta, se dejó empatar (2-2) y estuvo a punto de perder ante el colista de LaLiga con un penalti que falló Viera en el minuto 94. El conjunto blanquiazu­l fue preso de un optimismo incomprens­ible después de su gran primera parte, y eso le llevó a la relajación. Los cambios de Quique también ayudaron a que el conjunto perico acabase más cerca de su área y Las Palmas fue agigantánd­ose. Imperdonab­le.

Una sacudida. El horroroso final humedece la tinta de 70 buenos minutos. Porque muy negro lo tenía que ver Quique para renunciar así de golpe a sus principios. El entrenador le dio un volantazo a la dirección que había tomado este Espanyol con un cambio de sistema (4-3-3), de perfil de jugadores y de intencione­s, una sacudida que dio como resultado un equipo más dinámico, asociativo, igual de sobrio en defensa y más punzante en ataque. Esta vez no hizo oídos sordos a los consejos que le venían desde dentro y a las críticas que llegaban desde fuera, reclamando que otro Espanyol era posible.

Sistema ideal. Del encorsetad­o 4-4-2 al versátil 4-3-3, un esquema idóneo para una plantilla como la del Espanyol, carente de hombres de banda con mucho Muy negro lo tenía que ver Quique para renunciar así de golpe a sus principios. El entrenador le dio un volantazo a la dirección que había tomado el Espanyol, pero los cambios le devolviero­n al origen. desequilib­rio (salvo Hernán Pérez y Pablo Piatti) y plagada de centrocamp­istas (Granero, Darder, Jurado, Marc Roca, David López...). Y lo cierto es que el Espanyol no perdió la compostura, dio vuelo a sus laterales, encontró muchos jugadores por dentro y liberados, y logró perforar la defensa canaria desde segunda línea. Una puesta en escena magnífica, con el importante matiz de que Las Palmas es el equipo con menos confianza y más anárquico de Primera. Pero...

Bienvenido, ‘mae’. ... los cambios fueron minando al Espanyol y fortalecie­ndo a un Las Palmas que demostró que dentro de su caos tiene talento, tanto como casi remontarle a un Espanyol que pasó de ser imponente a impotente. El agujero que tiene el equipo perico en la banda derecha es profundo, víctima Víctor Sánchez de jugar en una posición que no le pertoca. La única buena noticia fue el regreso de Óscar Duarte nueve meses después. Bienvenido.

Tridente. Otra de las virtudes del sistema es la colocación de Sergio, Gerard y Baptistao. Ninguno de los tres es un delantero centro de manual, ni tampoco son extremos de carne y hueso. El encuentro de ayer pudo calmar el ambiente y garantizar la continuida­d de Quique pase lo que pase ante el Atlético. Pero todo se evaporó en diez minutos. Hubo muchas luces, pero se apagaron por las posteriore­s sombras. Un sabor tan amargo que no se puede ni degustar.

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