La incertidumbre se cierne sobre un Reus a medio hacer
La configuración de la plantilla y el futuro del técnico, interrogantes
El verano futbolístico es por definición un tiempo de incertidumbre. Fichajes, bajas, cesiones y cambios de equipo de última hora en unos meses frenéticos para configurar la temporada de cada equipo (o al menos hasta diciembre). En el Reus, sin embargo, los interrogantes son de un tamaño considerable: la confección de la plantilla, el futuro del entrenador y el lugar donde el Reus disputará sus partidos el curso que viene son, a día de hoy, inciertos.
Que prácticamente media plantilla del Reus no vaya a continuar la próxima temporada es algo que probablemente no querían en los despachos, pero que sabían que iba a suceder. A las nueve bajas previstas por el club hay que sumarles las de futbolistas que ha sido imposible de retener como Miramón o Atienza. Algo que sucedió el curso pasado y para lo que ya han demostrado sobradamente que están preparados. Esperar al cierre del mercado, además, puede traer gratas sorpresas como la de Lekic. Con una dirección deportiva estable y un proyecto definido, la llegada de nuevos jugadores no es algo que deba preocupar en absoluto al aficionado roig-i-negre.
Más peliagudo es, sin embargo, el futuro de López Garai. El técnico, que ha cuajado una buena temporada de debut en un banquillo profesional, podría salir de Reus este verano. No es ningún secreto que el Albacete está interesado en él e incluso el Numancia podría sumarse a dicho interés. Por el momento han habido sondeos y desde el club se remiten a su cláusula de rescisión: 500.000 euros. Sin embargo, es evidente que si el técnico no quiere seguir en Reus no seguirá pues no tendría sentido alguno que el máximo responsable del primer equipo no estuviera absolutamente comprometido. López Garai, por su parte, no se ha manifestado al respecto.
Estadio. El Reus anunció a principios de abril que no se presentará a la concesión del Municipal y que opta por construir un estadio propio fuera de la ciudad. Una decisión a la que se llegó tras meses de negociaciones con el consistorio y que, cuando se anunció, todavía no era “irreversible”. Construyan o no un nuevo estadio, el Reus tiene una equis qué despejar: donde jugará el curso que viene. La respuesta lógica es en el Municipal, pero para ello deben darse dos condicionantes: por un lado que LaLiga lo acepte (el Reus tenía dos años para cumplir la normativa que se acaban ya) y por otro que se llegue a un acuerdo con el ayuntamiento para su uso durante un tiempo.
Interés Hasta tres clubes habrían sondeado a López Garai para la próxima temporada