Falta frescura en La Roja
Tras marcar el gol ante Irán, el panorama parecía adecuado para que la Selección tirase de su mayor calidad para controlar el partido y hacer daño aprovechando que entonces había más espacios. No sucedió. Sorprendentemente, España padeció media hora de incertidumbre con el paso adelante que dieron los chicos de Queiroz y no fuimos capaces de contener el ímpetu de los iraníes que nos superaron físicamente. Los persas tenían más frescura y vértigo que los nuestros, corrían más rápido a los espacios, llegaban antes a los balones y nos impidieron tomar el mando. Luego, una vez que perdemos la pelota, nos cuesta muchísimo recuperarla y sufrimos una barbaridad en el repliegue.
Es evidente que casi todos nuestros jugadores han llegado con una carga de partidos muy alta, las piernas pesan, y más a los veteranos, a los que la fatiga impide salir de apuros que antes parecían sencillos. Nos falta vigor, y solo Costa ha llegado a Rusia con el depósito lleno. El lunes jugamos con una selección eliminada, pero los marroquíes demostraron ante Portugal que tienen gasolina súper y apabullaron a los lusos dominándoles toda la segunda parte. Hierro debe sopesar meter oxígeno en el equipo porque va a tocar correr mucho, aunque eso suponga que salga del once algún mito.