En busca de la debacle de Thomas
Tras la victoria de Nairo Quintana en
Saint-Lary-Soulan, la jornada partía con el cartel de ser una día de recuperación para los favoritos antes de las dos etapas decisivas de hoy y mañana, y como penúltima oportunidad para los sprinters de alzar los brazos antes de
París. El eslovaco Peter Sagan, ganador de tres etapas y gran favorito, se dejó llevar en los últimos metros priorizando el mantener el maillot verde por encima de un nuevo triunfo, un movimiento inteligente y habitual en los últimos días de las grandes vueltas. La victoria fue para Arnaud Démare, por delante de Laporte o Kristoff, otro tipo de sprinters en comparación a lo visto hasta ahora. Corredores menos explosivos que priorizan la colocación para llegar bien situados a los últimos 200 metros. La nota negativa la protagonizó un Nairo que sufrió una dura caída que hace aún más complicada la casi utopía del tercer puesto.
De cara a la etapa que viene, pese al atractivo del recorrido, la del miércoles dejó las cosas encarriladas. Salvo debacle, Geraint Thomas tiene todas las de mantener el maillot amarillo, prioritario ahora para Sky. Por su parte, Chris Froome ha pasado a un segundo plano y aunque ya no tiene opciones de ganar, priorizará el estar en el podio por encima de ayudar a Thomas. En cuanto al trazado, el Tourmalet no será decisivo. Pese a la dureza, no deja de ser un puerto intermedio, la bajada posterior y la subida al Aubisque sí serán decisivas en la etapa. Pese a ser la última jornada de montaña, será mañana con la crono el día en el que las diferencias puedan ser más amplias.