La semana fantástica del Sevilla se cerró en Ipurua
Victoria hispalense, inocencia local y accidente en un fondo
EI Sevilla se impuso al Eibar en un partido con dos partes muy diferenciadas en la que fue mucho más certero de cara a puerta y en el que el incidente de una valla que se desplomó con varios heridos acaparó mucho protagonismo. Colofón grandioso a una semana fantástica de los hispalenses.
El encuentro comenzó como ya es habitual en Ipurua. El Eibar, con el balón en los pies, salió del vestuario con intención de avasallar al Sevilla en su campo. Y vaya si lo hizo. La primera media hora de juego se convirtió en un monólogo armero que hasta Dmitrovic tuvo oportunidad de protagonizar.
A pesar de no generar apenas peligro durante la primera media hora, dos jugadas relámpago del Sevilla pudieron cambiar el devenir de los primeros 45 minutos. Un certero pase del Mudo Vázquez a André Silva, solo ante el portero y un disparo a bocajarro del propio delantero hacia la portería local. No fueron suficientes. Dmitrovic sigue tocado por la Virgen de Arrate. Todo lo que le llega lo para. Y así fue una vez más.
Maquilla. Apenas un minuto tardó el Sevilla en ponerse por delante en el marcador la segunda parte, con un gol de André Silva que dejó tocado al Eibar. Un contraataque vertiginoso construido a la perfección por Jesús Navas y finalizado con cierta suerte por parte del delantero.
Por desgracia, el encuentro terminó en el 58’. Cote, que con una mano absurda provocó un penalti innecesario, hizo que Banega pusiera el 0-2. La celebración, que pudo convertirse en tragedia, provocó que la valla de la tribuna oeste se rompiera. Tras seis minutos de parón, poco fútbol se pudo observar en el encuentro. El doblete de Banega supuso el 0-3. Un Eibar impotente ante un Sevilla que se sentía ganador. Poco hizo el gol de Jordán para maquillar el marcador. Doble palo para un Eibar que se ve ante un problema por la valla.
Parón Los seis minutos sin fútbol dieron para mucho al final