Gallart, Tamudo y ¿Borja?

Sarrià se inauguró en 1923 pero hasta 1928 no se empezó a disputar la Liga. Al segundo año, el Espanyol ya derrotó al Barcelona en su estadio por 4-0 con un póquer de Ricardo Gallart, un barcelonés que se formó en Sants y que luego recaló en el conjunto blanquiazul. Estuvo solo dos años, pero marcarle cuatro goles al Barcelona en un solo partido es una proeza difícil de olvidar. De Sarrià a Montjuïc, donde el Espanyol pasó a jugar en 1997 pero no fue hasta diciembre de 2001 cuando ganó el derbi. Un 2-0 que llevó la firma de Tamudo. Sus primeros goles en la Liga al Barça, su único doblete hasta el en el Camp Nou de 2007, otra de las proezas del equipo perico en los derbis, quizás una de las más celebradas y de las últimas que se recuerdan. Porque ya hace años que no llegan esas alegrías.

Ya ello apeló Rubi, porque como dice Valverde, en los derbis a veces hay “más corazón que cabeza”, y por eso el técnico invitó a sus jugadores a entrar en la historia: ya se cumplen 12 años sin ganar un derbi en la competición regular y en los diez años de Cornellà no se ha producido, salvo el tan celebrado en la Copa. Y lo cierto es que el Espanyol tiene sus opciones en el derbi más igualado que se recuerda, por las buenas actuaciones del Espanyol a.G. (antes de Girona) y por la irregularidad de un Barcelona que solo ofrece su mejor cara en la Champions. Una noche casi invernal y fría, como aquella de Montjuïc de 2001 o la de 1930 en Sarrià. Al Espanyol solo le falta un héroe, y todas las miradas apuntan a Borja Iglesias. Es el Gallart y el Tamudo de turno. Y hoy puede abrir una puerta de la historia.