Nos hará olvidar las cuotas

María Vicente va a poner un broche de oro a 2018 (campeona de Europa en heptalón Sub-18, campeona de Europa en triple salto, plata en los Juegos de la Juventud y convocada en los Europeos absolutos de Berlín). Una atleta que nos ha devuelto la sonrisa tras el inmenso vacío que nos ha dejado la campeonísima Ruth Beitia. Una chavala de 17 años, que empezó en el atletismo por engaño (su madre le dijo que iba al cine y la llevó a una pista de atletismo para que probara), que hace bien todo lo que se propone. De las siete disciplinas del heptalón domina con brillantez las de velocidad y salto y las que no domina (peso y jabalina) las trabaja hasta la extenuación. Cosas de chicas.

María lleva camino de convertirse en una estrella del deporte por su talento natural y por sus condiciones físicas, pero además en un referente femenino. Porque nadie como ella, que es el resultado de la convivencia con dos mujeres, su madre y su hermana, puede demostrar hasta dónde llega la determinación femenina. Conocer a una chica de segundo de bachillerato con las ideas tan claras te hace mirar el futuro con optimismo, pensando que habrá un momento en el que ya no será necesario hablar de cuotas ni de desigualdad, que María Vicente será valorada en el tartán por sus éxitos y que ganará el mismo dinero que sus compañeros.