La bestia interna de Vettel
Cuando aún ganaba carreras en Red Bull como si fuese fácil, en el inmenso hospitality que la marca de bebidas energéticas monta en las carreras pedimos un capuchino a la camarera, cuando de repente aparece Vettel para servirlo y sin querer rompe una botella de agua que él mismo recoge en un rato de risas y bromas. Ese es Vettel, un tipo normal, pero que además es tetracampeón del mundo de F1 y para lograrlo hay que llevar la bestia dentro, transformarse. Y eso el alemán lo hace bastante bien.
Nadie puede discutir que Sebastian es un piloto enorme, otra cosa es que haya tenido la oportunidad de haber vivido una época de Red Bull con un coche dominante. Pero también hay que reconocer que es una persona que puede llegar a ser difícil porque tiene la bestia dentro, eso que le hace transformarse en alguien capaz de ir al parque cerrado y cambiar de sitio el número al legítimo ganador. Creo que la sanción a Vettel fue justa, aunque debería haber sido en carrera, pero eso no le permite hacer lo que hizo, como en Bakú cuando tocó con el coche a Hamilton o cuando insultó a pilotos y comisarios por radio en México. Y es que, en la vida, casi nunca es lo que parece…