AS (Catalunya)

El ariete sufrió un pinchazo en el gemelo y regresó 13 días después

-

Morata es el delantero referencia del Atlético. Sin Diego Costa, operado en noviembre de una hernia discal cervical y que regresó ante el Liverpool pero seguirá un plan específico para no forzar, para que cuando regrese lo haga bien, en condicione­s de verdad, de poder aportar y sumar, en plan Bestia y no Lindo Gatito, el peso de los goles cae sobre él. Y el madrileño es en estos momentos el máximo goleador del Atlético, con 10 tantos, siete en Liga, dos en Champions y uno en Supercopa, pero casi todos concentrad­os en 2019, no en 2020. Aquello fue la cara, en estos momentos vive la cruz. Porque en estos momentos Álvaro Morata está seco: solamente ha marcado un gol en lo que va de año, un gol en nueve partidos (el Atlético ha jugado once en este periodo pero él uno no lo disputó por lesión, Granada, y otro, ante la Cultural, por decisión técnica). Fue ante el Barcelona, en la Supercopa de Arabia, el 9 de enero. Y de penalti.

Una sequía que parece atormentar al propio futbolista. La foto es su reacción el domingo pasado, en el banquillo, después de ser cambiado por Simeone en el minuto 82. Nada más llegar arrojó con rabia una botella contra el suelo, después se llevó las manos a la cara y así permaneció unos instantes. Dolido, fastidiado. Su partido fue todo lucha, como todos, pero escaso acierto. El delantero, que llegó hace un año al Metropolit­ano, se ha ganado el cariño y el respeto de una afición de la que, una parte, le esperaba al grito de “menos Morata y más Borja Garcés” por su pasado

Frenazo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain