AS (Catalunya)

La decepción secreta de Pellegrini

El club le aseguró que se mejorarían puestos claves, pero sólo llegaron ‘retales’

- J. A. ESPINA

Una racha de malos resultados ha colocado al Betis a dos puntos del descenso pero Manuel Pellegrini continuará en Heliópolis, no hay dinero al menos para finiquitar­le. Así que, como desde que comenzó esta temporada, todo seguirá siendo un todo o nada a la capacidad de El Ingeniero.

La cosa ya partió torcida con Pellegrini, en todo caso. Días después de su contrataci­ón para el banquillo llegó también al Villamarín Antonio Cordón, el enésimo nuevo director deportivo de estos últimos años, con la primera misión de reforzar la plantilla. Al técnico se le aseguró que el club vendería algún activo para poder fichar a dos o tres futbolista­s de empaque y competitiv­os, titulares todos ellos, en un equipo que había quedado el 15º la temporada pasada. Se esperaba recaudar entre 15 y 25 millones de euros con los que reformar parte del once inicial. Al menos, en algunos puestos claves.

Pero Cordón apenas pudo vender a Feddal (al Sporting de Portugal), y a cambio de menos de tres millones de euros. Así que el nuevo director deportivo tuvo que conformars­e con traer a Montoya, Miranda y Víctor Ruiz para la defensa. Todos libres o cedidos; ninguno, titular. Tampoco hubo que pagar traspaso por Claudio Bravo, que debía mejorar la portería. El problema es que Bravo tiene casi 38 años y ya lleva dos lesiones relativame­nte importante­s en unas pocas jornadas. “Me acabaréis felicitand­o por los fichajes”, se defendió

Cordón en una conferenci­a de prensa. Aquello, entonces, sonó como una broma y ahora parece ya casi una temeridad.

Pellegrini se siente decepciona­do por el mercado de fichajes. No se queja airadament­e, pero lo suele dejar caer de manera más o menos sutil. Antes de jugar contra el Eibar explicó: “El año pasado se gastaron 100 millones en refuerzos y en éste vinieron cuatro jugadores libres”. Otras veces ha sido más explícito, eso sí. A poco de que se cerrara la ventana de principios de octubre, El Ingeniero no tuvo reparos en afirmar que él y sus ayudantes “habrían esperado” un poco más en la configurac­ión de la plantilla verdiblanc­a.

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Pellegrini observa desde el banquillo a Martínez Munuera y a Joaquín, que se queja durante el Betis-Eibar.

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