Casemiro ya es el jefe
UN SHOW DE 139 PASES
al Mundial de Rusia, y los resultados están a la vista: mejor jugador de la cita mundialista y Balón de Oro 2018. Este curso es el sexto jugador con más minutos de la plantilla (2.333’); Casemiro, por delante, es el tercero (2.446’) y Toni Kroos es el séptimo (2.291’).
Pese a las alegrías que el trío cosechó en el pasado
(tres Champions consecutivas, dos Ligas, cuatro Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa y dos Supercopas de España), Zidane arrancó la temporada con la idea de ir renovando la media, sobre todo con Fede Valverde y Odegaard. Las repetidas lesiones del uruguayo y la impaciencia del noruego, ahora en el Arsenal, modificaron el plan: Casemiro, Kroos y Modric han sido titulares en 13 de los últimos 19 encuentros, propiciando las mejores rachas del Madrid (seis victorias seguidas en diciembre de 2020 y las cinco últimas).
Y su aportación no se circunscribe sólo a lo que dice el manual del centrocampista; a todo ellos añaden 12 asistencias (7 de Kroos, 3 de Modric y 2 de Casemiro) y 12 goles (a los seis del brasileño se suman cuatro del croata y dos del alemán). Marcaron el 21% de los tantos del Madrid (56 en total), ayuda clave para un equipo que sufre en la finalización desde que se fue Cristiano.
El Real Madrid recurrirá a la UEFA la amarilla que Casemiro vio en el minuto 23’, tras una supuesta falta sobre Zapata que la repetición demostró inexistente: el colombiano dio dos pasos y se tiró y el árbitro Freuler picó y amonestó al brasileño, que se perderá la vuelta en Madrid el 16 de marzo, salvo que la UEFA estime el recurso blanco y anule la tarjeta.
Kroos dio un clínic sobre el pase como concepto futbolístico: entregó el balón ante la Atalanta 139 veces, igualando su récord (ya lo había logrado ante el Malmoe en la 2015-16); 130 pases fueron buenos (el 93,5%), 105 en el campo contrario (96 buenos) y añadió a su repertorio un buen despliegue defensivo, con siete recuperaciones. Jugó en Bérgamo, además, su partido 308 de blanco, igualando los que disputó su compatriota Uli Stielike; el lunes, ante la Real Sociedad, será (si no hay imprevistos) el alemán con más encuentros con el Madrid y el décimo extranjero en la historia del club, en solitario. Un curso más, vuelve a ser el mejor asistente del equipo (lleva siete entregas de gol) y un arma letal en las jugadas de estrategia y a balón parado.
En su sexta temporada consecutiva en el equipo, Case ya para, templa y manda como un verdadero maestro, y se ha convertido en el referente para todos los demás jugadores en el Real Madrid. El miércoles, en el silencio del estadio de la Atalanta, cuando el equipo afrontaba lleno de bajas e incertidumbres su vuelta a la Champions League, se escuchó desde el inicio la potente voz del brasileño, ordenando y alentando sin parar. La colocación, los apoyos en la salida del balón, el avance para la presión, los repliegues, todo lo iba cantando Casemiro: “¡Luka, aquí!”; ¡Marco, ve ahora!”; “¡Vini, vuelve!”; “¡Rafa, portero!”; “¡Toni, estoy!”… Supervisaba todas y cada una de las acciones de sus compañeros como un afanoso capataz dirigiendo su cuadrilla.
Desde que jugase con Benítez sus primeros partidos (curso 2013-14 con Ancelotti aparte) y fuera ascendido a titular por Zizou, su crecimiento ha sido imparable, pasando en estos años de meritorio a capitán general. La prolongada ausencia de Ramos le ha hecho dar otro paso adelante en el liderazgo y se ha descubierto una indiscutible capacidad de mando y autoridad sobre el resto. Cuando azuza a un compañero, cuando grita, cuando exige, todos lo reciben como un estímulo positivo porque saben que quien les achucha es el primero en dejarse todo. Respeto, se llama.