Reparto de hambre
Badía es decisivo al parar un penalti a Ángel en el 84’ ● El VAR corrige al árbitro en dos penas máximas
Han pasado 28 jornadas de Liga para que Darío Poveda pudiese entrar en una convocatoria de Bordalás, llegando incluso a debutar ayer con el Getafe al entrar en la segunda mitad. Poveda, de 24 años, llegó cedido por el Atlético. El delantero, que debutó en Primera con Simeone en noviembre de 2019, ha estado convaleciente por una lesión de rodilla.
EI partido no tuvo el mejor fútbol pero, cosas del fútbol, si tuvo muchas emociones. Acciones que parecían penalti no fueron pitadas, penaltis que fueron señalados no lo parecían y el VAR tuvo que rectificar al árbitro Hernández Hernández en dos jugadas que pudieron decidir el resultado. Al final, el factor corrector de todas las injusticias fue Edgar Badía, portero del Elche que detuvo un penalti a Ángel en el minuto 84 y que mantuvo el empate final. Un punto no llena el estómago ni a Getafe ni a Elche, que acabaron repartiéndose el hambre para no morir de necesidad.
El partido tuvo un comienzo caliente. A los 16 segundos llegó la primera falta. Tan involuntaria como dolorosa. Pere Milla se escurrió al intentar un recorte junto a la banda con la mala suerte de que, al caer, puso la mano en el suelo justo centésimas antes de que en el mismo sitio posara su pie Iglesias, joven del filial que ayer era titular en el Getafe al estar sancionados los dos laterales derechos, Damián y Nyom.
A los cinco minutos, Kubo pidió penalti. Un empujón de Verdú era la razón. O excusa. El japonés saltó para controlar el balón con el pecho y lo hizo bien, pero al descender recibió el contacto por la espalda del defensor ilicitano. ¿Carga legal o penalti? El árbitro no lo vio punible y tampoco se estimó desde el
VAR, pues Medié Jiménez entendió que la acción era interpretativa y que, por lo tanto, no debía de entrar a analizarla, respetando la impresión que sobre el césped tuvo Hernández Hernández.
A Pere Milla se le puso la mano roja con aquel pisotón inicial, pero Pere Milla le puso la cara colorá al Getafe marcando el 0-1. Eso si que dolió, y no sólo un instante. El tanto llegó de una falta puesta en juego desde el costado izquierdo. Calvo la prolongó de cabeza y, en el segundo palo y a bote pronto, Verdú centró colocando el balón a medio metro de la línea de gol. Pere Milla, como oportuno finalizador, metió el pie para empujar el balón con pie y alma hasta el fondo de la red.
El 0-1 llegó a balón parado como a balón parado pudo llegar el 0-2, en un remate de cabeza de Boyé (27’) tras falta botada por Tete Morente. El viento a favor tranquilizaba al Elche más que un cargamento de tila, y Escribá cedió la iniciativa del juego al Getafe sabiendo que la posesión del balón no es la mayor virtud del equipo de Bordalás.
Sin embargo, en una acción de ataque azulón, Iglesias recorrió toda la banda hasta llegar al área. Su disparo, duro y seco, lo repelió Badía. El despeje le cayó a Cucurella, quien metió el balón al corazón del área y allí, tras un rebote, el árbitro interpretó penalti de Calvo a Ünal. Lo pitó. Desde el VAR, Medié Jiménez le invitó a revisar la jugada. Cuando Hernández Hernández supervisó la repetición, rectificó y dijo que, de penalti, nada de nada.
Tras el descanso, Ünal hacía el 1-1 retorciéndose desde el suelo tras un centro de Kubo. El gol no sólo significaba el empate, aliviaba al Getafe de la lápida del descenso.
En el 81’, Ángel pidió penalti por mano de Verdú. Hernández Hernández no lo apreció en directo pero le avisaron desde el VAR. Tras revisión en el monitor, el árbitro dijo que sí, que esta vez había penalti. Segunda vez que el VAR corregía al árbitro en jugada de penalti. Lanzó Ángel. Paró Badía. Fin.
Polémica Hernández anuló un penalti mal pitado y señaló otro que no vio