Los Phoenix Suns dejan sin vidas a los Clippers
Los tiros libres deciden al final
Era mucho más que un partido. Era una profecía, casi una maldición para el rival de Clippers. Se llegaba al encuentro con 2-1 en el contador y, de consumarse una victoria angelina, las escrituras dictaban sentencia para los Suns. Porque los Clippers habían comenzado sus dos anteriores eliminatorias perdiendo 2-0, las dos las igualaron y, finalmente, las superaron.
Pero esta vez los de Arizona han evitado averiguarlo. El 3-1 es suyo, con sudor... y prácticamente sangre. Porque, finalmente, han salido victoriosos de Los Ángeles (80-84), tras una nueva guerra, tras un nuevo encuentro decidido en un último cuarto eterno y entre aciertos y errores en los tiros libres. Los de Tyronn Lue, como zombis durante la primera mitad, volvieron a hacer gala de su resiliencia, de una forma de aferrarse a las series que pocas veces se ha visto. El tercer cuarto (30-19) les concedía otra vida, la que ya no tenían, la que perdieron en un último parcial digno del partido. Malo, muy malo, si se habla en términos baloncestísticos (14-15); pero sumamente emocionante, repleto de tensión y garra.
Con 76-79 a falta de un minuto, los tiros libres dictaron sentencia. Paul George acertó cuatro de seis; Chris Paul, cinco en seis. También acudió DeMarcus Cousins, protagonizando una acción difícil de entender. Con 79-81 y 5,6 segundos, anotaba el primero y, a propósito, como tocaba, fallaba el segundo; pero no de la forma en que debía. Pedrada al tablero y, con ella, final de la resurrección.