Raúl cumple 35 años
El navarro, renovado en febrero, sopla las velas en plena madurez y con el papel de líder ● Pieza clave para Marcelino
Raúl García cumplió ayer 35 años. A esa edad, muchos admiten que están en la cuesta abajo de su carrera, pero al delantero navarro no hay rival ni ciclo temporal que le haga perder la ilusión. En febrero firmó la renovación con el Athletic por un año con opción a otro y cuando lo hizo no pensaba en otra cosa que mantener su rendimiento hasta ese lejano 2023. En caso de cumplir lo pactado, haría ocho años en Bilbao, uno menos que en el Atlético (en Osasuna estuvo cuatro). Tampoco afirma rotundo que ahí caerá el telón de su carrera.
Rulo acaba de arrancar su séptimo curso en el Athletic y en ninguno de los anteriores ha bajado de los 30 partidos. Hace dos campañas llegó a los 15 goles, su tope en Primera. En estos seis años en San Mamés ha completado 254 partidos y una buena cifra de 73 tantos. Su momento más especial lo vivió en la reciente Supercopa de España de La Cartuja, con el doblete de semifinales ante el Real Madrid.
Pero el peso de Raúl no se mide con números. Es uno de los referentes del equipo en cuanto a generación de juego ofensivo. Su carácter, tan concordante con la historia rojiblanca y venerado por San Mamés, y su veteranía en el campo han hecho de él un fichaje rentable, el que más de la era reciente. Nunca rehúye la responsabilidad como líder: hace no mucho pidió a Núñez que se pusiera a trabajar cuando demandó una cesión por no jugar.
Su fiereza competitiva ha servido de ejemplo en todos los vestuarios en los que ha estado. En el propio Atlético dejó un vacío difícil de llenar. Su polivalencia encantó a Valverde y a Garitano, aunque
Retos pendientes Se ha propuesto ganar un gran título en Bilbao y apadrinar a los jóvenes
este en sus últimos días le recortó los minutos porque quería rejuvenecer las alineaciones. Con Marcelino en el 4-4-2 acompañando al nueve ha vuelto a brillar. En estos años, se ha visto que hay dos Raúles, el guerrillero que se ve en el campo y el que da ejemplos de comportamiento fuera de él.
En Bilbao desde el principio se ha sentido muy importante por su capacidad de liderazgo, sacrificio y superación. Todos le respetan y escuchan. Rulo fue uno de los leones que recortaron sus vacaciones para estar con más ritmo en la pretemporada. Siempre dando ejemplo. Y siente que le queda mucho por hacer: tratar de ganar un trofeo grande en Bilbao (se le escapó la Copa en dos finales) y apadrinar a todos los chavales que van llamando a la puerta desde abajo, empezando por Sancet.