Las siglas PHEV son la clave del éxito
Mitsubishi amplía su oferta de híbridos enchufables con una versión del Eclipse Cross, su SUV compacto que disfruta así de las ventajas de esta tecnología de electrificación
El Outlander PHEV se convirtió en todo un éxito de Mitsubishi y el Eclipse Cross exhibe de todos los argumentos para replicar el fenómeno. La marca japonesa ha actualizado este SUV compacto y, además, lo reserva exclusivamente para la interesante motorización híbrida enchufable.
Toda una declaración de intenciones sobre su apuesta firme por esta tecnología que combina un motor de gasolina con otros dos eléctricos, alimentados por una batería de 13,8 kWh que se recarga tanto por la energía generado por el propio vehículo (como un híbrido convencional) como por su conexión a la red eléctrica.
De este modo, el Eclipse Cross PHEV se revela como una opción ideal para aquellos conductores (la mayoría) que disponen de un único automóvil, combinando todas las ventajas de una autonomía sin emisiones de hasta 45 kilómetros con la tranquilidad de disponer siempre de garantías de movilidad gracias al propulsor de combustión. Y, por supuesto, sin olvidar los alicientes del etiquetado 0 de la DGT.
El sistema PHEV es el mismo que en el Outlander pero adaptado a la nueva plataforma, con dos motores eléctricos que trabajan sobre cada eje para obtener una tracción total, demás de una potencia combinada de 188 CV, que es un rendimiento óptimo para un coche de su filosofía... y también peso.
Porque lo cierto es que los kilos de más (propios de todos los componentes que exige la electrificación) se dejan sentir en el Eclipse Cross, con las inercias propias de sus casi dos toneladas que también se aprecian en la aceleración y frenada. Nada alarmante, en todo caso, en una conducción normal pero que conviene tener en cuenta como característica propia de un PHEV.
La comodidad es exquisita, sin apenas vibraciones y un sonido muy reducido e incluso inexistente cuando se circula en modo eléctrico. El interior está bien resuelto, con un salpicadero redefinido y una habitabilidad correcta, incluyendo la capacidad del maletero. No desentona tampoco en asistentes a la conducción ni en conectividad.