España apunta alto
Superar las 17 medallas de Río 2016 parece factible ● El techo sigue en las 22 de 1992 ● Las ausencias de Nadal y Carolina las compensan novedades como el kárate ● Piragüismo, judo taekwondo y vela, claves
Carolina Marín. Dos campeones olímpicos que no defenderán sus oros. Mireia Belmonte (campeona en el 200 mariposa) no está al nivel del ciclo anterior… Pero España llevará una selección de lujo en fútbol con seis protagonistas de la pasada Eurocopa (no clasificó en Río), la masculina de baloncesto quiere despedir a dos leyendas como los hermanos Gasol con otra medalla. Los Hispanos llegan con rabia tras la ausencia de 2016 y un Raúl Entrerríos que merece un oro y los equipos de waterpolo parecen destinados a luchar por podios.
Sin embargo, la diferencia entre una cosecha buena y otra excelente va a depender de la vela (pleno en las diez clases), el piragüismo (Saúl Craviotto podría superar al recordman español David Cal, que tiene cinco medallas), el taekwondo y el judo (cuatro podios en los Mundiales de junio). Deportes con múltiples opciones de medallas con los que, si alinean los astros, España puede dispararse. Se dan por seguras (ya se verá el color) las de Sandra Sánchez y Damián Quintero en kárate (katas), un deporte que no estuvo en Río 2016. España va, además, con estrellas como Orlando Ortega (110 vallas) o Jon Rahm, en golf. Gente de la que hay que esperar todo. Y apariciones fulgurantes como la de Mo Katir, al que hay que añadir en las quinielas. En otros deportes que se estrenan, como la escalada (Alberto Ginés) o el skateboarding (Dani León, Jaime Mateo y Julia Benedetti) las sorpresas no son descartables. Dice Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, que sus sensaciones son “las mejores de siempre”. Los estudios que manejan el COE y el
Saúl Craviotto, que hará dos pruebas, puede convertirse en el español más laureado de la historia si logra dos podios
Consejo Superior de Deportes, basados en resultados durante el ciclo, apuntan a que es bastante probable superar las 17 medallas. El techo sigue estando en las 22 de Barcelona 1992. No están tan lejos y han pasado casi tres décadas. Superarlas signifiaría otro gran salto para el deporte español.
❖ De Orlando Ortega es muy complicado dudar. Plata olímpica en Río 2016, ganador de dos Diamond League y bronce mundial, el palmarés del vallista español es un aval que se reafirma con su seguridad por encima de los obstáculos. Ortega, de 29 años, ha pasado un 2021 muy difícil por una lesión en el pie y prefirió mantenerse en un segundo plano (“estuve nervioso y triste”, admite). Hasta que se recuperó y reapareció como siempre: rápido, técnico y seguro. Listo para los 110 metros vallas de Tokio (5 de agosto, 4:55, la final) en los que esperan rivales tan feroces como Grant Holloway, que quedó a una centésima del récord mundial, o el ruso Shubenkov. Orlando ya los ha tumbado alguna vez y es claro: “Espero luchar por medalla”. Si lo dice, hay que creerlo totalmente.
Si el pie respeta y sigue su trayectoria ascendente, Orlando es, sin duda, la gran opción española de podio en atletismo en los Juegos. La otra opción es Ana Peleteiro, en triple salto. Competidora nata y que a los 25 años acumula tres medallas europeas y una mundial. Y, sobre todo, cuenta con el intangible de su enorme capacidad competitiva. “Dicen que hasta se me cambia el gesto”, apunta entre risas la plusmarquista nacional (14,73). El oro parece destinado a Yulimar Rojas, pero la plata y el bronce estarán muy abiertas (1 de agosto, 13:20 la final). La tercera vía para llegar al podio es Mo Katir, la gran sorpresa del verano con sus récords de España de 1.500, 3.000 y 5.000. Correrá sólo esta distancia (6 de agosto, 14:00, la final).
❖La cuenta del judo, un deporte que había conquistado seis metales entre 1992 y el 2000, se detuvo en Sídney… Desde entonces el desierto, a pesar de buenos resultados en el circuito internacional. Un chicarrón llegado de Georgia a Brunete (Madrid) con 13 años es ahora la gran esperanza para volver a subir a un podio. A lo más alto. Porque Nikoloz Sherazadishvili (Niko Shera para que sea más fácil) se proclamó campeón mundial en -90 kg en 2018 y lo volvió a hacer el pasado 10 de junio. Llega al Budokan (28 de julio, 10:00, la final), el templo del judo donde ya se celebró la competición en Tokio 1964, como número uno en su peso y de todos los pesos. “Tiene magia”, dice de él su entrenador, Quino Ruiz. El maestro de Brunete, subcampeón mundial en 1991 y participante en tres Juegos, ha pulido a la perla y le considera “un hijo”. Porque el de Niko falleció en 2017 y Quino se ha convertido en su soporte.
Pero hay más opciones de medalla que las de Niko, el gigante de 1,90 y ojos verdes. Está su amigo y compañero de club, Fran Garrigós. El mostoleño de 26 años está en sazón, porque este año ha conquistado el oro europeo y el bronce mundial en -60 kg. Y está su novia, la alicantina Ana Pérez Box (25 años), que también subió al tercer escalón del podio en el reciente Mundial de Budapest en -52 kg y ha reencontrado el camino después de dos años atascada. Julia Figueroa (-48 kg), la experimentada María Bernabéu (-70 kg) o Alberto Gaitero (-66 kg) estarán al acecho.