Sergio Llull

Sergio Llull (33 años y 1,90 m) no pudo contener las lágrimas tras conquistar la Supercopa Endesa. Después de varios años acosado por las lesiones, el balear pudo disfrutar de un nuevo título en el que fue fundamental: 24 tantos y 27 de valoración para su tercer MVP del torneo (los mismos que Navarro), el 10º en su carrera en la élite.

—Gran remontada.

—Somos un equipo que no da nada por perdido, al final cada encuentro es una historia diferente. Quedan muchas cosas por mejorar, es muy pronto en la temporada, pero el trabajo y el esfuerzo fueron enormes para empezar con buen pie.

—¿En quién pensó tras esta victoria en la final?

—Pensé en mi familia. Tras el partido con el Tenerife, discutí con mi mujer porque estaba enfadado al no haber jugado bien. También, en toda la gente que está dentro del equipo y cuyo trabajo me ha ayudado en estos años.

—¿Cómo se encuentra? —Físicamente, bien. Es lo primordial. Nada más acabar el partido se me han desatado las emociones (se le escapó alguna lágrima) porque me tuve que operar la rodilla, he sufrido muchas lesiones musculares y jugar un partido importante así, hacerlo bien, ayudar al equipo ha sido muy, muy emotivo, de ahí esa alegría y esas emociones que no se pueden controlar. Los últimos años han sido difíciles (desde 2017, cuando se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en esta misma pista, en el Santiago Martín). A mí lo que me gusta es jugar al baloncesto y nunca sabes si vas a poder ayudar.