AS (Catalunya)

La ‘mannschaft’ baila a

Alemania le endosa una ‘manita’ a la campeona de Europa ● La ‘azurra’ no despierta de su pesadilla tras quedarse fuera del Mundial de Qatar

- J.C. MENZEL

La mannschaft despejó todas las dudas tras cuatro empates consecutiv­os endosando una durísima manita (5-2) a una Italia que deja bastante tocado a Mancini tras los varapalos que significar­on no clasificar­se para el Mundial y perder la Finalissim­a ante Argentina. El que respira es el alemán Flick, a sabiendas de lo que es capaz de hacer su equipo a falta de medio año para el Mundial. Vuelve a dar miedo Alemania.

Se jugaba mucho la mannschaft. Más allá de caer hasta la zona crítica de la tabla en una Nations League que sigue sin despertar demasiado entusiasmo en la afición alemana, los de Flick eran consciente­s de que caer volvería a llamar los fantasmas del pasado, ya olvidados desde que Flick tomara las riendas de Löw. De ahí que el míster fuera con todo ante el verdugo alemán por excelencia: Kimmich y Gündogan en la sala de máquinas, Hofmann y Sané en banda y Müller por detrás de Werner arriba. Mancini, por su parte, con el 4-3-3 de siempre, eso sí, interpreta­do en la actualidad por su new wave italiano. Dos proyectos de futuro para un nuevo capítulo de la antigua y sempiterna rivalidad transalpin­a.

Y los primeros compases del choque en el Borussia-Park dejaron más que claro que ambos proyectos andan lejos de su culminació­n. Sin lograr registrar posesiones largas, tanto los de Flick como los de Mancini necesitaro­n muy pocos contactos para superar una zaga rival que ofrecía pasillos gigantesco­s para filtrar balones. El primer envío en profundida­d lo mandó Hofmann al minuto de comenzar el duelo pero Werner, aún buscando su olfato, no controló bien. En el marco protegido por Neuer fue Raspadori el que obtuvo el permiso de rematar a placer tras un centro de Frattesi y no sacó petróleo de él por culpa de los reflejos del impecable meta alemán. A la tercera, fue la vencida. Habían transcurri­do apenas diez minutos cuando la retaguardi­a azzurra perdió de vista a Kimmich, que lo agradeció para mandar un centro raso de Raum al fondo de la red.

Ocurrió lo que lleva ocurriéndo­le a Alemania desde que echó a rodar la Nations League. Se creció, embotelló a los italianos, pero no logró plasmar su superiorid­ad en el luminoso. Por medio de Sané, la mannschaft llegó en numerosas ocasiones al marco protegido por Donnarumma, pero en ninguna de ellas logró superar al meta del PSG. La Squadra, por su parte, fue de mal en peor. Primero perdió tanto a Cristante como a Castoni y luego vio cómo el colegiado Kovacs señaló un penalti, algo barato, al borde del descanso tras percibir un empujón de Bastoni sobre Hofmann. Gündogan fue el encargado de lanzar la pena máxima y no perdonó.

Goles de la honra Gnonto y Bastoni maquillaro­n un resultado que pudo ser histórico

Goleada. Era lo que le había faltado a Alemania. Ser letal. A partir de ahí, apareció la mannschaft de siempre. Ésa que huele la sangre de sus rivales, aunque de Italia se trate. Müller desde fuera del área y, finalmente, un doblete de Werner fabricado por el recién ingresado Gnabry terminaron cerrando una goleada histórica ante la bestia negra italiana. Jamás había logrado Alemania una victoria tan abultada ante una azzurra que se hizo pedazos en los compases finales del choque. No solo pierde el liderato, sino también la fe ante una Alemania que, de una vez por todas, sí cree en el proyecto de Flick. Aunque Gnonto y Bastoni maquillara­n el resultado sobre la bocina.

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Kimmich celebra el primer gol de Alemania

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