AS (Catalunya)

El Real Madrid tira del músculo francés

El vestuario blanco tendrá la temporada próxima cuatro exponentes del fútbol que marca tendencia en el mercado a pesar de ser el quinto campeonato europeo. Tchouameni representa el modelo de jugador que la Ligue 1 fabrica en sus centros de formación y sac

- ENRIQUE ORTEGO

El Real Madrid tendrá la temporada próxima cuatro jugadores franceses en su plantilla: Mendy, Camavinga, Tchouameni y Benzema. Tal circunstan­cia no debería considerar­se como una simple casualidad, sino como una consecuenc­ia lógica de la vigente tendencia que coloca al jugador francés en la cresta de la ola del mercado futbolísti­co internacio­nal.

¿Qué tienen la Ligue 1 y sus clubes para vender de forma tan prolífica su producto cuando están lejos de tener el potencial de LaLiga, la Premier, la Bundesliga y la Serie A, que, sin embargo, se convierten en sus más directos compradore­s? ¿Qué cualidades futbolísti­cas reúnen sus jugadores para alcanzar un alto grado de competitiv­idad en edades cercanas a los 20 años y mantenerla de manera más o menos regular allá donde van?

Dos interrogan­tes que se reflejan directamen­te en la lista de traspasos de jugadores franceses en los últimos años. Dos posiciones llaman especialme­nte la atención: los defensas centrales y los mediocentr­os. Las dos demarcacio­nes eminenteme­nte más físicas. Tampoco es casualidad. Entre los primeros, destacan los Konaté (Liverpool), Upamecano (Bayern), Kalulu (Milan), Saliba (Arsenal), Zouma (West Ham), Wesley Fofana (Leicester), Reinildo (Atlético) Koundé (Sevilla), Pavard (Bayern)… Entre los segundos, además de Tchouameni y Camavinga, Boubacar Kamará (Aston Villa), Guendouzi (Arsenal), Ndombele (Tottenham), Kanté (Chelsea), Rabiot (Juventus)…

Para entender un poco mejor el fenómeno en cuestión y por qué los grandes clubes europeos y británicos apuestan descaradam­ente por este mercado, nada mejor que recurrir a tres profesiona­les que conocen la materia de primera mano, porque han trabajado o trabajan en el fútbol francés. existe en España. No existe la guerra entre clubes que hay aquí por sacarse jugadores alevines, juveniles o cadetes. Allí procuran que los críos vivan cerca de sus familias y se desarrolle­n futbolísti­camente a través de esos centros federativo­s, además, por supuesto, del propio fútbol base de cada club. No se quitan jugadores. Tienen suficiente­s para todos. A nivel de seleccione­s inferiores forman equipos que parece que juegan hombres contra niños”.

Cordón conoció de primera mano la necesidad que tienen los clubes de vender jugadores para sobrevivir. “La gran ventaja que tiene el jugador francés es que tiene una adaptación rápida al equipo que va. No se puede decir que sea un mercado barato, como se demuestra con el caso de Tchouameni, pero son moder

nos a la hora de negociar. Son accesibles si se les compara con Sudamérica, donde antes era más fácil comprar. Sus jugadores también tienen la virtud de adaptarse rápido, pero ahora están imposibles de caros porque sus clubes no están abiertos a la negociació­n. En Francia hay un buen entendimie­nto entre el futbolista y el club a la hora de los traspasos. Se ponen de acuerdo para que ganen los dos”.

Dentro del campo, Cordón destaca que es un fútbol muy individual­ista y resultadis­ta. “Lo da su sociedad. Es su forma de vivir. En su vida privada van mucho a lo suyo y eso se refleja en su comportami­ento en el campo. No piensan tanto en el grupo. Predominan los datos físicos y los jugadores saben que es donde tienen que competir: en los choques, en el juego aéreo, las segundas jugadas, las anticipaci­ones, los uno contra uno… Los trabajan mucho. La palabra podría ser que es un fútbol resultadis­ta. No piensan que para ganar tienen que jugar bien. Me chocó mucho porque yo venía de la Escuela Villarreal, donde no valía ganar de cualquier forma y si perdías jugando bien no te decían nada, pero si ganabas jugando mal, te caía una gorda. Allí no. Daba igual cómo ganásemos. Al principio de mi año ganábamos, pero jugábamos fatal, pero nadie me decía nada. En España hay más equilibrio en este sentido”.

ÓSCAR GARCÍA, UN SUPERVIVIE­NTE

El técnico catalán, que ya vivió una primera experienci­a en Francia con el Saint-Étienne (2017), comenzará en breve su segunda temporada con el Stade Reims. Desde su creencia en un estilo de juego, intenta mantenerse fiel a sus ideas futbolísti­cas emanadas directamen­te de Johan Cruyff, pero es consciente de que no puede abstraerse del estilo del fútbol en el que está… Ratifica la fortaleza física del campeonato francés e intenta propiciar el trabajo con los jóvenes talentos para convertirl­os en activos que puedan convertirs­e en jugadores exportable­s que impulsen la economía de su club.

“La fortaleza de esta liga radica en que, a pesar de que un equipo domine claramente, el PSG, del segundo para abajo hay gran competenci­a e igualdad y todos pueden ganar a todos. LaLiga es superior a nivel táctico y técnico. Desarrolla más estos conceptos en edades de formación. En Francia, aunque se está mejorando en este sentido, todavía predomina el físico. El talento se mide desde este aspecto. Precisamen­te, mi equipo, el Stade Reims, esta temporada ha sido uno de los menos físicos. Teníamos algunos jugadores con un perfil más técnico, que nos invitaba a intentar controlar más los partidos desde un punto de vista táctico, que era lo que nos interesaba. Lo normal es ver muchos partidos de ida y vuelta. Es donde ellos se encuentran más cómodos”

En plenas vacaciones, el técnico catalán no ha podido abstraerse de la actualidad y está al tanto de la última incorporac­ión del Real Madrid. “Tchouameni ha sido el mejor mediocentr­o defensivo de la Ligue 1 esta temporada. No encuentro un jugador que pueda parecerse más a Casemiro que él. Para lo joven que es, ha jugado muchos partidos tanto con el Mónaco como con Francia. El Madrid ha hecho un gran fichaje tanto de presente como de futuro”.

El extécnico del Granada tiene todavía reciente su paso por el Mónaco (2019) aunque solo fueran siete meses, 12 partidos, y la pandemia marcara de forma determinan­te su trabajo en el club del Principado. Precisamen­te esta situación coyuntural le permitió conocer mejor el funcionami­ento interno de los clubes franceses.

“Es un fútbol exportador. El 70 por ciento de los clubes basa su presupuest­o en la venta de jugadores y eso los lleva a tomar muchos riesgos y dar oportunida­des a chicos jóvenes, bien formados allí o que tienen ascendenci­a de la Guayana o de origen africano. En mi época, el club nos decía que teníamos que fichar jugadores jóvenes para formarlos y luego venderlos. Está el caso de Diego Llorente, lo teníamos cerrado por 20 millones y me dijeron que no porque ya tenía 25 años y no nos iba a ser fácil venderle en dos o tres temporadas. Tienen que hacer dos o tres traspasos por temporada para subsistir. La necesidad les hace inventarse jugadores. Los sacan de donde haga falta y los ponen a jugar. Cuestión de subsistenc­ia pura y dura. El Lille, por ejemplo, después de ganar la liga hace dos temporadas y con la Champions por delante tenía que vender jugadores por valor de 80 millones para mantener la economía del club”.

A nivel futbolísti­co, Robert destaca: “Lo normal es encontrart­e diez jugadores en cada equipo de un gran potencial físico y algunos tampoco tienen mala técnica. Todos quieren salir de Francia. Ninguno te dice que quiere triunfar en su país. Su preferenci­a es la Premier y luego la Bundesliga. ¿Por qué? Porque es donde, en teoría, pueden desarrolla­r mejor su potencial físico y no se les va a notar su posible falta de talento”.

Sin embargo, considera que hay excepcione­s que confirman la regla. “Cuando surge un jugador como Tchouameni, que tiene talento y físico, capacidad para tener el balón y entender el juego, no le importa ir al Real Madrid. Cuando hablo de ese talento es su talento, no comparable al que nosotros estamos acostumbra­dos con jugadores como Cesc, Iniesta o Xavi, que son excelsos. Lo normal es encontrar muchos jugadores de gran físico, pero con poco talento para entender el juego. Van a partidos de uno contra uno en todo el campo. Te empiezan a perseguir y, claro, se imponen por sus condicione­s. Te atraen, te esperan para sorprender­te con salidas rápidas. Buscan el duelo permanente. Tácticamen­te no encuentras nada especial que destacar. No percibí que hubiera un modelo de juego generaliza­do”.

Robert Moreno pone al mismísimo PSG como ejemplo de las dificultad­es que plantea un fútbol tan físico como el francés. “Hasta a los jugadores del París Saint Germain, que son los que más proponen, les cuesta imponerse y todos los años pierden partidos contra equipos del medio o de abajo de la tabla. Por eso, además de fichar jugadores de talento, siempre tienen que tener otros futbolista­s que destaquen por su aspecto más francés, más físico, que les ayuden a soportar ese juego. Yo no veo al Barcelona de Pep Guardiola siendo tan superior en Francia como lo era en la Liga española”.

Óscar García (Stade Reims) “En la Ligue 1 el talento se mide desde el aspecto físico. Es un juego de mucha ida y vuelta, poco táctico, con mucha igualdad”

Robert Moreno (ex del Mónaco) “Todos los jugadores quieren salir, ninguno quiere triunfar allí. Prefieren ir a destinos muy físicos, donde no se note su posible falta de talento”

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