El gran reto de Rodrygo
En la 2022-23 emprende el brasileño el desafío de hacerse ‘indiscutible’. Vini es su modelo a seguir
Y está en ello, progresando, creciendo. Esta ha sido su tercera temporada de blanco. En la primera jugó 29 partidos y marcó nueve goles. El primero fue en un amistoso contra el Bayern y el estreno oficial, ante Osasuna en el Bernabéu (2-0; aunque con el Castilla ya había marcado uno, al Rayo Majadahonda). Su mejor actuación esa temporada fue un hat-trick al Galatasaray. La temporada pasada, ya más maduro, dejó la disciplina del Castilla: disputó 33 partidos, teniendo minutos en todos los de Champions menos en uno. Y esta, ya ha vivido 49 partidos. Y cada vez yendo a más y mejor.
Kubo se hace a la idea de que, sin sitio, debe salir de nuevo
Futuro. Como contó AS, está en los planes del Real Madrid para lo que cataloga como su ‘once del futuro’. La banda derecha lleva su nombre. Parece haberle ganado el puesto por completo a Marco Asensio, cuyo futuro sigue en el aire.
A expensas de que se dilucide, Rodrygo cuenta con la total confianza de Ancelotti. Este curso ha sido el cuarto máximo goleador con nueve zarpazos. Algunos de ellos, vitalicios, como su doblete City; o su milagro para forzar la prórroga ante el Chelsea. También fue el protagonista de la fiesta de la 35 Liga ante el Espanyol. Rodrygo tiene un gran reto esta temporada: hacerse ‘indiscutible’ y encontrar la regularidad necesaria para ser por fin un crack mundial.
■ Take Kubo se hace a la idea de que, un año más, no podrá ser parte de la plantilla del Madrid. El japonés de 21 años ha pasado sus tres temporadas con contrato de blanco de cesión en cesión. Su idea para este curso 2022-23 era probar suerte. Sin embargo, un embrollo burocrático le fuerza a un nuevo préstamo. La nacionalización de Vinicius, así como las de Militao y Rodrygo, que arrancaron un año más tarde, sigue atascada. La pandemia ha provocado un retraso masivo en el proceso y en el Madrid creen que no llegará hasta 2023.
Eso sí, el club blanco quiere para Kubo un préstamo a un equipo de mayor nivel, para probarle en retos de mayor calado y en un equipo en el que sus cualidades creativas encajen mejor. Su cesión al Villarreal, en la primera mitad del curso 2020-21, ya fue un intento similar, pero entonces Emery no cumplió con todo aquello que le había transmitido antes de firmar el préstamo.
Este curso pasado, en Mallorca, le ha costado brillar entre las lesiones y las dificultades del equipo, constantemente con la amenaza del descenso. De ahí que el Madrid quiera para la próxima campaña un club más hecho a sus cualidades. La prioridad es que sea en España, aunque no se cierra la puerta a salir de aquí. Propuestas, como siempre, no le faltan.