Alaba llega a los 30 en plenitud
PSG, Barça y Chelsea eran los tres equipos, además del Madrid, que llamaron a la puerta de Pini Zahavi, representante de Alaba, cuando se conoció que el austriaco no iba a renovar su contrato con el Bayern después de 13 temporadas. El club blanco llegó el último a la puja. Pero cuando se cruzó en su camino, Alaba no dudó ni un segundo. “Yendo al Madrid cumpliré un sueño”, dijo a su agente.
Alaba, que hoy cumple 30 años, ha besado el Santo nada más llegar. Tres títulos, Liga, Champions y Supercopa de España, que une a un palmarés que ya era envidiable y en el que figuraban dos Champions más y 10 títulos de la Bundesliga. Al Madrid, de hecho, llegó un campeón. Alaba ha sido líder en el vestuario de Valdebebas desde que lo pisó. Sus compañeros lo reconocen como tal... “Muchos (en el equipo) no hablan inglés, lo que me obliga a hablar español”, bromeaba recientemente en una entrevista a Kurier.
Con la misión cumplida en su primera temporada en el
Madrid, Alaba afronta ahora un nuevo reto. El cambio de rol (hacia el lateral zurdo) al que le obliga la llegada de Rüdiger, que presumiblemente formará pareja de centrales junto a Militao. La pasada campaña Alaba jugó, con Ancelotti, 42 partidos como central y sólo 4 como lateral izquierdo. Pero su polivalencia está fuera de toda duda.
Con Flick, en su último curso en el Bayern disputó 32 partidos como central, pero también nueve como pivote defensivo, tres más como mediocentro y uno como lateral. Quizá por eso (por jugar tanto en la media justo antes de llegar al Bernabéu), el único debe en su estadística está en la pérdida de índice de impacto en la construcción de juego desde que está en el Real Madrid (0,21 con Flick frente al 0,13 con Ancelotti en sus últimas dos temporadas, según datos facilitados por Olocip).
“Soy un jugador flexible y lo daré todo, sin importar donde juegue”, advirtió Alaba en su presentación. A sus 30 años es un líder en el Madrid y actúa como tal.
Elección Prefirió el Madrid antes que las ofertas de PSG, Barça o Chelsea
Su debe En el Madrid tiene menos impacto en la construcción del juego