Un reto, dos delanteros y 7 volcanes
El Deportivo visita Las Palmas, el único estadio virgen en Liga junto al Santiago Bernabéu, recientemente profanado en Copa. El escenario no parece el mejor para conseguir lo que hasta ahora no se ha logrado: ganar fuera. Sin embargo, hay un buen puñado de motivos para inclinar la balanza hacia el optimismo. El primero, que el estadio de Gran Canaria se le da a las mil maravillas a los blanquiazules. Tanto, que sus últimas cuatro visitas, dos en Primera y otras tantas en Segunda, terminaron en victoria. Otro, más importante, es que los de Garitano han acumulado méritos de sobra para ganar a domicilio sin premio. Y no todos los días se van a equivocar los árbitros de forma flagrante como en Granada o el equipo va a pagar a precio de oro errores puntuales como el de Sidnei ante el Espanyol.
Pero por encima de todo esto está la dinámica positiva de un equipo al que poco a poco, paso a paso, ha ido engrasando Garitano a pesar de las bajas. El reto evidente es vencer fuera, pero hacerlo tiene más poso que eso. Ganar hoy es creer sin complejos, es demostrarse que hay equipo, plantilla, juego y ambición para aparcar el sufrimiento eterno de los últimos años. El plan para lograrlo pasa por los goles de Andone y Joselu, de nuevo pareja de ataque con Çolak de maestro de ceremonias. Además, el vestuario rival es un volcán en llamas al que Setién ha decidido meter mano tras la última alcoholemia de Araujo. El motín, o más bien el desmadre interno del equipo canario, afecta a nada menos que siete jugadores, lo que ya da para una buena fiesta que el Depor espera exprimir para seguir creciendo.