Al carnaval celeste le falta Rossi
Aún no había acabado la pasada Navidad y el Celta ya estaba de carnaval. Desde que el pasado 3 de enero los vigueses golearon en Mestalla 1-4 en Copa, sólo se han quitado el disfraz de héroes en Vitoria, donde se vistieron de zombies. Dos meses históricos, quedándose a las puertas de una final, enganchándose en La Liga a la lucha por Europa y firmando una gesta en Ucrania. Rossi decidió en el mercado de enero quedarse a vivir esta fiesta. Aunque tenía propuestas para un retiro dorado, quiso seguir viviendo el fútbol de máximo nivel. Sin embargo, el italiano no acaba de engancharse al ritmo de sus compañeros. Excepto su fantasía en el primer gol de la pasada jornada ante Osasuna, sus actuaciones han sido decepcionantes. En Gijón tendrá la oportunidad de ejercer de crack. Una vestimenta que guarda en el armario, pero le cuesta desempolvar.
El delantero liderará el ataque de un conjunto plagado de suplentes. Una segunda unidad que ha dado la talla cuando Berizzo ha optado por dosificar a sus titulares. En Anoeta compitió de principio a fin ante uno de los equipos más en forma del campeonato y en Leganés obtuvo una solvente victoria. Los puntos que se ponen en juego en El Molinón son vitales para el Sporting e importantes para el Celta. A esta altura del curso su pelea es por la sexta o la séptima plaza. Sumar en este partido y en el del miércoles ante un rival directo como el Espanyol, le permitiría llegar reforzado a un tramo complicado del calendario: Villarreal, Barcelona, ida con el Krasnodar y derbi. Todo ello en quince días. La fiesta no para.