Ranieri traicionó a los jugadores
Los políticamente correctos deberían dejar de leer.
Claudio Ranieri, sí, el que llevó al Leicester a la gesta más increíble de la historia o por ahí, no podía seguir a cargo del equipo. El club hizo bien en desprenderse del italiano porque cometió dos graves errores que no pudieron ser subsanados. Tras ganar la Premier, Ranieri traicionó a los jugadores que le llevaron al título. ¿Cómo? Fichando en puestos claves a futbolistas de 20 millones o más que no llegaron al club para sentarse en el banquillo. De repente, el mensaje, tal y como los jugadores interpretan estas cosas, era claro: gracias chavales, pero no sois lo suficientemente buenos. Algunos dirán que era lo que debía hacer Ranieri para mejorar y seguir compitiendo en lo más alto, pero eso es un análisis de un equipo normal, no de uno que acababa de realizar un milagro.
Esta temporada, la de la Champions League, debería haber sido
la de Drinkwater, Vardy,
Huth y del resto de los que ya estaban. Los que llegaron se encontraron la titularidad sin apenas pelearla, Ranieri sentó a algunos de los milagrosos campeones y el malestar fue dañando la relación entre entrenador y plantilla. Además cometió un error táctico trascendental: con la llegada de Slimani (que costó más de 30 millones de euros) el Leicester tuvo que jugar con dos delanteros y un centrocampista menos. El equipo se partió y perdió el camino que les había llevado al paraíso y Vardy dejó de sentirse crucial; con las dudas, los jugadores mueren. Tras la marcha de Ranieri, el Leicester ha vuelto a sus orígenes. Así que el Sevilla sufrirá esta noche en el King Power Stadium.