La máxima precaución también en motocicleta
La época estival se antoja especialmente propicia para un uso más lúdico y rutero de la motocicleta. Muchos son sus usuarios que aprovechan la bonanza meteorológica para lanzarse a la carretera y afrontar desplazamientos más ambicioso que el resto del año.
Ni que decir tiene que los motoristas también deben redoblar las precauciones en días en los que la intensidad del tráfico es tan elevada, como uno de sus integrantes más frágiles. Respetar la distancia de frenada, evitar circular entre otros vehículos y señalizar debidamente las maniobras son el ABC de la seguridad sobre dos ruedas.
Como en el caso de los coches, antes de un viaje de entidad conviene realizar una revisión completa a la motocicleta, especialmente a elementos que influyen en su comportamiento dinámico como neumáticos, frenos y suspensiones. Cualquiera de estos componentes en mal estado supone un riesgo claro de caída. Siempre que sea posible es aconsejable evitar al viajar las horas de temperaturas más altas, porque lo que nunca se debe descuidar es el equipamiento básico del motorista: casco, guantes, cazadora y botas. Otro aspecto a tener muy en cuenta es la colocación de la carga: no debe afectar a la dinámica del vehículo (evitando, por tanto, los excesos) y tampoco suponer un riesgo para el resto de los conductores por estar mal fijada. Tomarse unos minutos en su preparación es obligado.