Emiliano Rodríguez, un grande muy grande
Emiliano Rodríguez, presidente de honor de la sección de baloncesto del Real Madrid, llegó al club blanco en 1960 para formar un cinco fantástico: Lolo Sáinz, Burgess, Hightower (enseguida llegaría Clifford Luyk), Sevillano y Emiliano. Como técnico el monstruo de Pedro Ferrándiz y en la dirección don Raimundo Saporta, casi nada al aparato. Lo ganaron todo.
La llegada de Emiliano equivale en el baloncesto del Madrid y en el de España a la de Di Stéfano en fútbol. El ya desaparecido pabellón Raimundo Saporta, en la antigua Ciudad Deportiva del Paseo de la Castellana, se convirtió en un centro de exhibiciones baloncestísticas que le dieron al Real Madrid un enorme prestigio.
Lo de Emiliano fue punto y aparte. Con él llegaron 12 Ligas consecutivas, 9 Copas de España y las 4 primeras Copas de Europa. El rubio alero castellano-leonés, criado en Bilbao y hecho hombre en Madrid, era distinto a todos, único: rapidísimo al contraataque, las encestaba todas desde media distancia y sus entradas al tablero para dejar bandejas con la mano derecha o izquierda eran espectaculares. Jamás le vi fallar un tiro libre. Su media de puntos por partido no bajaba de 30, y todavía no se contabilizaban, como ahora, los tiros de 3. Jugó la friolera de 176 partidos con España.
Fue un revolucionario, un pionero. Un deportista de referencia como lo fueron Manolo Santana, Ángel Nieto, Paquito Fernández Ochoa, Federico Martín Bahamontes o Severiano Ballesteros. En definitiva, Emiliano Rodríguez fue un auténtico crack como jugador y como persona. Es mi amigo. Estuvo hace uno días en Riaza con motivo del XXV aniversario de la Peña Madridista. Fue un privilegio tener entre nosotros a una leyenda del deporte y también a su esposa Cuca. Gracias maestro. José Luis Cuenca Aladro
Riaza (Segovia)